Dos décadas forjando un legado de vocación y cuidado
En un sector tan sensible y vital como el de la salud, pocas historias inspiran tanto como la de Dar Salud. Fundada por Graciela Tivani, esta empresa marplatense no solo fue pionera en la internación domiciliaria, sino que, a lo largo de sus 20 años, tejió una red de cuidado que hoy se extiende por todo el país. Desde sus humildes comienzos enfocados en la pediatría hasta la atención de alta complejidad en múltiples provincias, Dar Salud es el reflejo de una visión audaz, una vocación de servicio inquebrantable y una capacidad de adaptación que le permitió sortear desafíos impensados. Conversamos con su fundadora sobre la génesis, el crecimiento y el futuro de una empresa que brinda un servicio multi e interdisciplinario de salud en casa.
¿Cuál es tu rol actual en Dar Salud y cómo te gusta que te presenten en relación con la empresa?
Graciela Tivani:“Me gusta que me presenten como socia gerente y, sobre todo, como fundadora de Dar Salud. Todo esto empezó por allá por el 2004, 2005, con un grupo de profesionales. Al principio, nos enfocamos en pacientes pediátricos con enfermedades crónicas. Esa fue la chispa inicial.”
¿Qué los motivó a comenzar en este segmento de la salud domiciliaria? ¿Detectaron una necesidad específica?
Graciela Tivani: “Exactamente, comenzamos por esa necesidad. Yo ya estaba al tanto de que algunas empresas habían empezado a organizar esta nueva actividad, este nuevo paradigma de la salud, que es llevar la atención al hogar. La internación domiciliaria, como concepto, tiene unos 45 años en Argentina, pero en nuestra zona, Mar del Plata y sus alrededores, fuimos pioneros entre el 2004 y el 2005. Vimos que había un nicho, una demanda no cubierta para seguir tratamientos en el lugar más cómodo y contenedor para el paciente: su propia casa.”
¿Tu formación profesional ya estaba ligada al ámbito de la salud?
Graciela Tivani: “Sí, directamente. Por mi actividad, por mi profesión, soy licenciada en enfermería. Pero también soy licenciada en administración de empresas. Así que pude combinar ambas formaciones y eso fue clave. De esa combinación surgió la necesidad, con los pacientes crónicos pediátricos, de poder seguir sus tratamientos en el domicilio. Conformamos todo un equipo multidisciplinario que convocamos en ese momento, con quien era el director de la institución, el doctor Claudio Yamahachi, un cirujano pediátrico muy reconocido. Empezamos a trabajar con distintas obras sociales, a través de convenios, para poder brindar este servicio.”
¿Cómo fue la evolución de Dar Salud desde aquellos primeros convenios hasta la expansión actual?
Graciela Tivani: “Fue un crecimiento paulatino pero constante. Ya en 2007, teníamos convenios con obras sociales importantes, como IOMA y PAMI. Luego, empezamos a trabajar con prepagas. Y a partir de 2009, 2010, el gran salto fue la expansión en toda la provincia de Buenos Aires, abriendo nuestras primeras sucursales en La Plata, Tandil y Necochea. Después, nos extendimos a otras provincias: Mendoza, San Juan, Río Negro, Neuquén. Y actualmente estamos con un proyecto muy ambicioso en Salta. La actividad principal sigue siendo esta: la internación y la atención domiciliaria con todo un equipo multidisciplinario, que se fue ampliando mucho más allá de los pacientes crónicos pediátricos originales.”
¿Esa ampliación de la cobertura abarcó también la complejidad de las patologías?
Graciela Tivani: “Claro, la cobertura en cuanto a patologías es completa hoy en día. Si bien iniciamos con pacientes pediátricos crónicos —por ejemplo, fibrosis quística, parálisis cerebral, pacientes neurológicos—, fuimos incorporando profesionales con las especialidades y las capacidades necesarias para tomar otro tipo de pacientes. Se fue requiriendo nuestro servicio también a través de nuestros clientes, que son los financiadores: ya sean prepagas u obras sociales. También atendemos pacientes particulares, aunque esa demanda es mínima. Hoy, abordamos desde una culminación de tratamiento por una fractura de cadera que necesita antibióticos y rehabilitación, hasta pacientes con patologías complejas como una esclerosis múltiple o un paciente secuelar que necesita asistencia respiratoria. Sí, hacemos alta complejidad en domicilio.”
En 20 años de historia, me imagino que han vivido todo tipo de situaciones, y en Argentina, el contexto es siempre cambiante. ¿Podrías identificar algunos “momentos fundacionales” clave más allá del inicio?
Graciela Tivani:“Absolutamente, en 20 años pasa de todo. Un momento fundacional, un gran despegue, fue en 2009 con la apertura de las sucursales. Esto coincidió con la gripe A. Las clínicas y las instituciones se vieron en la necesidad de liberar camas para los pacientes con esta patología, entonces, aquellos pacientes que podían terminar o finalizar su tratamiento en domicilio eran derivados. Nosotros estábamos preparados: armábamos todo el equipo interdisciplinario en ese momento. Fue un punto de inflexión para la empresa en cuanto a crecimiento. Después, en 2012, tuvimos otro avance importante cuando hicimos convenios con otras obras sociales en el sur del país, dedicadas al petróleo y otros sectores. Pero, sin duda, con el COVID-19, vivimos el desafío más grande. Si bien tuvimos muchísima afluencia de pacientes, la prioridad fue cuidar a nuestro personal. Tuvimos la visión anticipada, y ya a fines de marzo de 2020, salíamos con el equipo de protección completo para nuestros profesionales: camisolín, barbijo, guantes. Fue un momento bastante difícil, porque no solo teníamos que cuidar a nuestros pacientes y sus familias, sino también a nuestros propios profesionales. Nos dejó muchísimas enseñanzas, nos unió como equipo, y creo que se crearon redes internas muy fuertes que nos hicieron avanzar aún más. Fue a partir de ahí que surgió la apertura en San Juan y Salta. Hoy, contamos con un personal administrativo de entre 130 y 140 personas entre las sucursales y la casa central, y una plantilla de profesionales que varía entre 1800 y 2500, dependiendo de la cantidad de pacientes. El número de pacientes en todo el país fluctúa, pero ronda los 1600 a 2000.”
En estos 20 años, ¿qué cambios tecnológicos han implementado para estar a la vanguardia?
Graciela Tivani:“Estamos siempre tratando de estar a la vanguardia. Hoy estamos implementando el sistema de telemedicina como un servicio adicional. Tenemos un servicio de auditoría interna muy robusto, y la telemedicina se complementa con eso. Además, hemos desarrollado una aplicación bastante especial para nuestros profesionales, que nos permite seguir su trayectoria en el día con geolocalización. Y a la vez, cuando visitan al paciente, cargan la evolución en el momento y nosotros la recibimos al instante. Es una aplicación que llevó un desarrollo de un año y medio, pero que hoy nos pone un pasito más adelante, un pasito más adelante en la gestión y el seguimiento.”
Recién hablabas de la importancia del equipo. Aquí en la central de Mar del Plata, veo carteles que indican la importancia de la cohesión. Contame un poco más sobre cómo se construye y se fortalece ese equipo.
Graciela Tivani: “El equipo para nuestra actividad es absolutamente fundamental. Porque el domicilio es nuestro escenario, y en el domicilio tenemos que armar un equipo sólido. Si detrás de ese equipo que está en la casa no hay otro equipo sólido que lo contenga y le dé soporte, se hace muy difícil la tarea. Esto se arraigó aún más con el COVID-19, donde nos hicimos más sólidos como equipo. Hoy, el equipo está formado por el doctor Martín Britos, y ladoctora Mariana Wilant, que están a cargo. Y en cada sucursal tenemos directores médicos. Es un equipo muy grande de profesionales, y su capacitación y contención son nuestra prioridad.”
¿Cómo considerás que se percibe la impronta de Graciela como fundadora dentro de la empresa? Y, a propósito, ¿cómo ves la impronta familiar, ya que recién te vi con tus hijas?
Graciela Tivani: “Creo que lo que motivó todo y lo que busco transmitir es mi vocación de servicio. Eso también impacta en mi familia, es el motor principal. Si bien soy licenciada en administración de empresas, la enfermera la llevo siempre adentro. Nuestro objetivo, el que nos guía, es el bienestar del paciente y de la comunidad. Ese es nuestro norte, por lo menos el mío, y el que quiero dejar sentado en mi familia. Y sí, la familia está proyectada, está acompañando. Costó un poquito al principio, como en todo, pero están acompañando. Mi hija Camila es kinesióloga, Antonella es profesora de Biodanza una disciplina donde se crea un terreno de salud más fuerte, en el que el cuerpo, la mente y las emociones encuentran equilibrio, y desde ahí puede mejorar incluso la respuesta a tratamientos convencionales. Y mis yernos también se involucraron; el esposo de Antonella es licenciado en turismo, pero entró a la empresa y se enamoró. Facundo es Profesor de educación física y está actualmente finalizando los estudios en kinesiología. Es lindo que la familia sea parte de un proyecto tan importante.”
Dar Salud tiene un impacto profundo en la comunidad, no solo en la atención, sino también en la prevención y la comunicación. Contame un poco sobre el marco de la fundación y cómo trabajan en ese aspecto.
Graciela Tivani: “Nuestra empresa trabaja con patologías leves, moderadas, agudas y crónico-agudas. Desde la fundación Dar Salud, nos dedicamos a hacer investigación, docencia y capacitación, tanto para nuestro equipo interno como para la población en general. Ofrecemos talleres de enfermería, cursos de asistencia respiratoria, talleres de nutrición; son muy variados. También se dan cursos para cuidador o asistente domiciliario. Todo esto está a cargo de nuestros licenciados en enfermería, que son docentes, y también de profesionales médicos. Ahora estamos por lanzar un curso de auxiliar de farmacia”.
¿Cómo crees que ha impactado en la ciudad, en Mar del Plata, el crecimiento de Dar Salud, considerando que no había una infraestructura domiciliaria tan desarrollada?
Graciela Tivani:“La devolución que tenemos de los pacientes y sus familias es increíble. A veces, me cruzo con gente en la calle que no me conoce y habla de Dar Salud con tanto aprecio, como si fuera parte de su vida. Como somos pioneros de esta actividad en la zona, se nota esa buena devolución. Queremos seguir por ese camino, acompañando a las familias en momentos tan difíciles, para aliviar la carga y darles tranquilidad. Ese es el objetivo principal de la internación domiciliaria. Lo que logramos es precisamente eso: no separar al paciente de su familia, que tenga mayor grado de confort, de comodidad. Se nota muchísimo la recuperación, sobre todo en los chiquitos. Un adulto tiene elementos para racionalizar que está internado, que está enfermo, pero un chico lo sufre muchísimo a nivel psicológico y emocional. Entonces, terminar el tratamiento en su domicilio, con la mamá, y que la mamá sea parte activa del tratamiento, ayuda muchísimo a la recuperación. Eso lo vemos constantemente. También hacemos cuidado paliativo con los pacientes que, lamentablemente, sabemos que van a partir. Nuestro enfoque ahí es dar la mejor calidad de vida al paciente y contener a la familia. Nuestro fuerte en esos casos es el apoyo de psicología y enfermería. Es como que estamos en los extremos de la vida, en todo el abanico: tanto en niños como en adultos mayores, que necesitan mayor apoyatura emocional, psicológica y contención familiar. Después del COVID-19, aumentó muchísimo la necesidad de darles esa contención emocional a las familias. Muchas familias no entienden o no internalizan el concepto de internación domiciliaria en un paciente en cuidados paliativos, que ya está pronto a partir. Entonces, les hacemos el acompañamiento hasta que se dispone la internación. Las situaciones son variadisimas, dependen de cada familia, de cada paciente. Tenemos que adaptarnos, y nuestro profesional tiene que tener una capacitación especial, porque no cualquiera puede entrar a un domicilio, ser aceptado y realmente provocar un cambio positivo. En eso se enfoca la fundación: en enseñarles a hacer una especie de especialización en cuidados domiciliarios para que el profesional llegue con todas las herramientas.”
Este año es importante, 20 años es un número redondo que invita a recapitular y a proyectar. Si miramos el pasado, desde dónde arrancaron hasta dónde llegaron, ¿qué balance haces de estas dos décadas?
Graciela Tivani:“Fueron momentos con muchísimos desafíos, momentos de zozobra. Pasamos por todas las etapas. También, momentos de mucho crecimiento y, sobre todo, de muchísimo trabajo. A veces, pasaba el tiempo y yo miraba para atrás y me decía: ‘¿Cómo puede ser? Empecé con seis, siete pacientes y ahora tenemos mil y pico, tenemos 12 sucursales’. Como que asusta, asusta mirar para atrás por todo el camino recorrido. Pero la verdad es que me siento confiada al mirar el futuro por el equipo que tengo. Realmente tengo un equipo maravilloso, gente increíble, y mi familia que me apoya. Espero que ellos puedan seguir con el proyecto y yo, dentro de unos años, pueda dedicarme a viajar, a relajarme un poco. Nosotros acompañamos el contexto de nuestro país, y a veces se hace muy, muy difícil.”
Sin entrar en las crisis puntuales, porque lo importante es seguir adelante, ¿cómo lograron superar esos escollos, esas dificultades diversas que seguramente aparecieron?
Graciela Tivani: “En los momentos económicos difíciles, siempre priorizamos que nuestros profesionales pudieran cobrar. Siempre fue la prioridad, especialmente las enfermeras y las cuidadoras. Hubo momentos en que los ‘chicos’ supieron entender que tenían que esperar una semana, diez días para cobrar, porque las obras sociales se demoraban. Hoy por hoy, esa situación no es así, por suerte. Hay un buen trabajo administrativo que hace que respondan en tiempo y forma con los pagos. Pero, sin importar el contexto, siempre se priorizó a la gente que está en la calle, a nuestros embajadores. Y yo creo que pudimos sortear todo porque hay capacidad entre los profesionales, y también han hecho sacrificios en muchos casos. Todos, todos han apostado al proyecto y me han acompañado. Es una deuda moral que voy a tener siempre con ellos.”
¿Cómo están planificando las actividades y celebraciones de este año tan especial?
Graciela Tivani: “Bueno, todos los años hacemos nuestra fiesta de fin de año. El año pasado, de hecho, festejamos ya casi por adelantado los 20 años. Nosotros celebramos convenios con las instituciones de Mar del Plata, con distintas clínicas. Últimamente fue el de la Clínica 25 de Mayo. Esa es la idea, trabajar en conjunto con todas las instituciones, incluso con la Secretaría de Salud de la Municipalidad. En cuanto a un cronograma de festejos, siempre nos juntamos, hacemos reuniones tipo familiares. Y salimos a contar, a comunicar lo que estamos haciendo a través de los medios. También hacemos muchas capacitaciones y comunicamos todos los convenios que vamos cerrando. ¡Me estás obligando a hacer la fiesta de fin de año! [Risas] Ahí se encarga mi hija, Antonella, que es la que tiene las ideas y se encarga de toda la parte de comunicación y festejos. Pasa que este año también celebro mis 60 años, así que es un año de muchos festejos importantes.”
Y ya que estás programando tu retiro, ¿cómo proyectás que siga Dar Salud? ¿Qué legado te gustaría dejar?
Graciela Tivani: “Mi mayor deseo es que nunca se pierda el verdadero objetivo de Dar Salud: el bienestar del paciente y de su familia. Desde el inicio, nuestra misión fue llevar la salud al hogar, con dedicación, calidez y compromiso. Hoy, la tecnología y la telemedicina nos permiten llegar de nuevas maneras, pero siempre con el mismo propósito: estar cerca, acompañar y cuidar.
Sueño con que Dar Salud continúe siendo ese pilar de confianza y contención que brinda tranquilidad a las familias, porque la salud no es solo atender una enfermedad, sino también estar presentes en cada momento importante de la vida”.
En Revista CENTRAL, nos unimos a la celebración y felicitamos a Graciela Tivani y a toda la familia de Dar Salud por sus veinte años de incansable labor. Su trayectoria es, sin duda, un faro que demuestra cómo la pasión, una visión clara y un compromiso inquebrantable con la salud pueden revolucionar un sector y generar un impacto profundo en la comunidad. Esperamos que los próximos años afiancen aún más este admirable legado de llevar salud, empatía y esperanza a cada familia, en los momentos en los que más se necesita el acompañamiento profesional.
La Fundación Dar Salud: formación, prevención y comunidad
En paralelo al crecimiento sostenido de Dar Salud como empresa líder en internación domiciliaria en la región, su fundadora Graciela Tivani destaca el rol clave de la Fundación Dar Salud, una iniciativa orientada a la formación continua, la prevención en salud y el fortalecimiento del conocimiento tanto profesional como comunitario.
“La empresa trabaja con pacientes con patologías leves, moderadas y agudas, pero desde la Fundación tenemos otra misión: formar, investigar y capacitar”, explica Tivani. La Fundación desarrolla talleres y cursos gratuitos o de bajo costo, dictados por profesionales de la salud con formación docente, enfocados en tres grandes líneas: capacitación del personal interno, formación de cuidadores domiciliarios y prevención en la comunidad.
Entre las iniciativas más relevantes se encuentran los talleres de enfermería, cursos de asistencia respiratoria, nutrición y próximamente un curso de auxiliar de farmacia. “Siempre intentamos que sean gratuitos, aunque a veces pedimos una colaboración simbólica. No por falta de vocación, sino porque si no hay un compromiso mínimo, la gente se anota y después no va”, subraya Tivani, destacando la necesidad de que cada espacio formativo tenga impacto real.
La Fundación también cumple un rol clave en el entrenamiento de profesionales que trabajarán en el ámbito domiciliario, un entorno que requiere no solo habilidades clínicas, sino también sensibilidad, contención emocional y capacidad de adaptación. “No cualquiera puede entrar a un domicilio, ser aceptado y realmente provocar un cambio positivo. Por eso formamos a nuestros equipos con una especie de especialización en cuidados domiciliarios”, enfatiza.
Además de las formaciones técnicas, la Fundación se involucra en el acompañamiento de familias de pacientes en cuidados paliativos, una de las áreas más delicadas del servicio. “En estos casos, el enfoque está en dar calidad de vida y contención emocional, tanto al paciente como a su entorno. Muchas veces, después del COVID, notamos que las familias necesitan aún más apoyo psicológico”, relata.
El compromiso colectivo con la vida, la salud y el bienestar
La Fundación Dar Salud se posiciona como un actor clave en la promoción de la salud, la educación y el bienestar en la comunidad. Mediante programas de capacitación, acciones solidarias y alianzas con instituciones públicas y privadas, impulsa proyectos que generan un impacto concreto en la calidad de vida de las personas. Sus principales áreas de acción incluyen el apoyo al sistema de salud, con actividades de prevención y concientización; la educación y formación de cuidadores, profesionales y familias para un acompañamiento domiciliario de calidad; la responsabilidad social, a través de jornadas solidarias, convenios con organizaciones y campañas de ayuda directa; y la promoción del bienestar integral, fomentando espacios de encuentro e inclusión. Bajo la convicción de que cuidar la vida es un compromiso colectivo, actualmente la Fundación lleva adelante iniciativas como la correcaminata solidaria 4K, a beneficio de la cooperadora de los hospitales Interzonal y Materno Infantil, y capacitaciones gratuitas para profesionales de la salud.
La Fundación Dar Salud es miembro de RACI y FEDEFA, y obtuvo el Premio de la Federación de Fundaciones Argentinas en 2020, reconocimiento que valida su transparencia institucional. Además, ha impulsado la red de voluntariado “Acompañarte”, múltiples correcaminatas 4K y capacitaciones a docentes en articulación con universidades.
“Queremos que nuestros profesionales lleguen con herramientas al domicilio, pero también que la comunidad se empodere en temas de salud. Esa es la misión más profunda de la Fundación”, concluye Graciela Tivani.
En un contexto donde la salud y la educación son pilares esenciales para construir una sociedad más justa y resiliente, la Fundación Dar Salud se alza como un puente entre el conocimiento y la contención, entre el saber técnico y el compromiso humano. Cada curso, cada taller, cada encuentro es una oportunidad para transformar realidades, para acompañar con empatía y para sembrar futuro en cada persona que se forma o se siente cuidada. Porque detrás de cada acción, late una convicción profunda: que cuidar también es enseñar, y que enseñar es, en el fondo, una forma de sanar.