El Colegio de Martilleros y Corredores Públicos Departamento Judicial Mar del Plata

-El valor de la confianza: El Colegio de Martilleros de Mar del Plata y su compromiso con la comunidad
Hablar del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial Mar del Plata es hablar de una institución que forma parte de la identidad de la ciudad. Con más de 60 años de historia y con raíces que se remontan a octubre de 1939, cuando se buscó conformar un espacio que defendiera los intereses profesionales de martilleros y corredores, el Colegio ha acompañado cada etapa de la transformación urbana, económica y social de Mar del Plata. Su presencia ha sido testigo y protagonista del desarrollo turístico, la expansión inmobiliaria, los proyectos empresariales y el crecimiento de miles de familias que encontraron en la ciudad su lugar para vivir, emprender y progresar.
En esta edición, presentamos una entrevista exclusiva con Guillermo Rossi, presidente de la institución, quien analiza los ejes centrales de la gestión actual y la visión estratégica para los próximos años. Bajo el concepto de “Colegio Digital”, Rossi impulsa una modernización tangible, orientada a simplificar procesos, fortalecer la transparencia y dotar a los profesionales de herramientas tecnológicas acordes a los tiempos que corren. Una transformación que se complementa con la convicción de que el martillero y corredor público es “parte del ADN marplatense”, pieza clave en la confianza y seguridad jurídica de las operaciones inmobiliarias.
La institución sostiene un fuerte compromiso con la ética profesional, el control del ejercicio ilegal y la defensa de la legalidad, pilares que se materializan en la labor constante de la Comisión de Control Profesional y del Tribunal de Disciplina. A esto se suma una intensa tarea de formación y acompañamiento, con un calendario anual de capacitaciones y programas específicos para noveles y pre-noveles, orientados a fortalecer la especialización y el desarrollo profesional de las nuevas generaciones. En la misma línea, avanza el proyecto de la Escuela Profesional de Negocios, que busca dotar a la actividad de un marco académico y brindar herramientas de alto nivel para enfrentar los desafíos de un sector atravesado por la tecnología, la robótica y la inteligencia artificial.
La inserción estratégica en el ecosistema turístico, la participación en organismos como el EMTuryc, la presencia en la Feria Internacional de Turismo, en Atlantic Real Estate, las conferencias anuales de temporada y el acompañamiento al desarrollo inmobiliario y la construcción posicionan al Colegio como un actor central en la planificación del futuro urbano de Mar del Plata. A la vez, la institución sostiene un compromiso social concreto a través de la Subcomisión de Acción Social, que desarrolla un programa solidario semanal en el Hogar de Nazareth, ofreciendo alimento y acompañamiento a quienes más lo necesitan.
En un contexto donde el mercado inmobiliario local experimenta una fuerte recuperación, con crecimiento sostenido de compraventas y un alto nivel de inversión en construcción, el Colegio reafirma su rol profesional y comunitario. Con historia, presente y una hoja de ruta proyectada hacia adelante, la gestión liderada por Guillermo Rossi se propone consolidar una institución moderna, transparente y participativa, alineada con la evolución de la ciudad y el desafío de construir futuro.

CONSEJO DIRECTIVO
Presidente: Rossi Guillermo Oscar.
Vicepresidente 1°: Berasueta Verónica Anahí.
Vicepresidente 2°: Crotto Marcelo Daniel.
Secretario: Stati Gastón Alberto.
Prosecretario: Valencia, Francisco Javier.
Tesorero: Mendez Martín Francisco.
Protesorero: Aquileia Natalia Carla.
Secretaria de Actas: Beaín, Andrea Liliana.
Vocal Titular 1°: Bercovich, Patricio.
Vocal Titular 2°: Del Valle, Diego Mariano.
Vocal Titular 3°: Grau, Alejandra Patricia.
Vocal Titular 4°: Colombi, Lucas Matias.
Vocal Titular 5°: Sanz Rodrigo Alejandro.
Vocal Suplente 2°: Benitez Patricia Beatriz.
Vocal Suplente 3°: Pernice, Mario Matías.
Vocal Suplente 4°: Oteiza Joaquin Cruz.
Vocal Suplente 5°: Gonsebate María Luz.
DELEGADOS
Delegados Partido Balcarce. Titular: Viana Amalia Carolina. Suplente: Dominguez Mariano Gastón.
Delegados Partido Mar Chiquita. Titular: Requena Analía Maricel. Suplente: Moreno Patricia Marina.
Delegado Partido de General Alvarado. Titular: Alvarez Olga Ester.
TRIBUNAL DE DISCIPLINA
Presidente: Del Pos, Karina Alejandra. Vicepresidente: Schafer Patricia Esther. Secretario: Devincenzi, Mónica Graciela. Miembro Titular: Bibbo Lidia Graciela. Miembro Titular: Coste, Carlos Raúl. Miembro Suplente Aguilera Isabel Cristina. Miembro Suplente: Acámpora Alejandro Jose. Miembro Suplente: Ferrecio Zaliz Pablo. Miembro Suplente: Daconte Analía.

-Guillermo Rossi: “Somos parte del ADN marplatense y estamos preparados para los nuevos desafíos”
Al cierre de un año intenso y en el marco de una gestión que ya transita su cuarto año, Guillermo Rossi, presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial Mar del Plata, analiza el presente de la institución. Con más de 60 años de historia, el Colegio enfrenta un escenario de profundos cambios, marcado tanto por el auge de la construcción local, el debate sobre la planificación urbana y las nuevas amenazas de desregulación profesional que ponen en jaque el ejercicio tradicional.
En un diálogo profundo con CENTRAL, Rossi detalla los ejes de su gestión, centrados en una modernización tangible a través del “Colegio Digital” y el fortalecimiento del control ético. Subrayando la importancia del profesional matriculado como garante de seguridad para la comunidad —”no somos obligatorios, pero somos muy necesarios”, insiste—, el presidente repasa el rol social de la entidad, la lucha contra las franquicias ilegales y la apuesta a futuro: una ambiciosa Escuela Profesional de Negocios para elevar el estándar de la actividad.
—Al cierre del año, ¿cómo describís el presente de la institución bajo tu gestión?
Guillermo Rossi: Hoy estamos en un momento importante. Todo lo que hemos trabajado durante el año hoy se concreta: se muestra, se presenta. Al mismo tiempo, convivimos con las preocupaciones por lo que pueda venir en el futuro. Estamos trabajando no solo sobre lo realizado, que fue mucho y en distintas áreas del colegio, sino también frente a la inquietud que genera una posible desregulación.
Tenemos varias ideas y proyectos pensados hacia adelante. En este balance de cuatro años de gestión —y especialmente de este último año— analizamos las problemáticas, revisamos lo hecho y proyectamos nuevas iniciativas. Este año se consolidaron numerosos proyectos, muchos de los cuales ya venían en marcha, dentro del eje central que definimos desde el inicio: modernizar el colegio y mejorar su funcionamiento en todas las áreas.
Desarrollamos muchas iniciativas que se fueron fortaleciendo y que responden a un punto clave: la importancia de nuestra profesión. En el debate sobre la regulación, solemos decir que nuestra actividad está desregulada porque no somos obligatorios, pero sí somos profundamente necesarios. Eso es lo que queremos transmitir a la comunidad: que somos esenciales para acompañar la adquisición de la vivienda propia, un alquiler o cualquier gestión para la cual estamos formados.
Nos capacitamos, nos actualizamos y ofrecemos el conocimiento necesario. Somos necesarios porque la gente confía en nosotros, y como profesionales debemos —y brindamos— seguridad al momento de concretar una compra, un alquiler o el acceso a la primera vivienda. Esa es la realidad que hoy vivimos, y por eso nos sentimos fuertes, seguros y preparados para cualquier desafío que pueda aparecer.
El colegio tiene bases muy sólidas, más de 60 años de historia. Sobre esas bases hemos construido y, sobre todo, modernizado. Y seguimos avanzando en ese camino de modernización.
—Con casi 60 años de historia, ¿cuáles son hoy los principales desafíos de la ciudad y cómo se ejerce el control profesional para aportar seguridad y confianza?
Guillermo Rossi: Fundamentalmente, es un tema en el que venimos trabajando con mucha intensidad, especialmente a partir de la llegada de estas empresas de franquicias inmobiliarias. Debemos fortalecer aún más nuestra formación para brindarle seguridad a quien viene a comprar una propiedad, asegurándole que el profesional, el martillero, cuenta con todas las herramientas necesarias para garantizar una operación segura.
Siempre decimos que un contrato con un profesional inmobiliario implica que esa persona está preparada y capacitada para acompañar todo el proceso. Acompañamos al vendedor desde el inicio de la operación: desde la tasación de la propiedad hasta el cierre de la transacción, y también después, en lo que podríamos llamar un servicio postventa. Y acompañamos igualmente a quien va a alquilar, garantizándole seguridad, ya sea en un alquiler temporario o permanente, porque el profesional dispone de los conocimientos y las herramientas necesarias.
Hoy atravesamos un momento muy particular por todo lo que mencionábamos sobre la regulación que involucra a los colegios. Estamos generando nuevas herramientas desde la capacitación y desde la comunicación, porque nuestra preocupación no es solamente la dimensión profesional, sino, sobre todo, la comunidad. Nuestra ley, la Ley 1973 —que rige a un colegio con más de 60 años de historia— define con claridad nuestra función, nuestras obligaciones y nuestro compromiso frente a la sociedad.
Nosotros nos brindamos como referentes para la comunidad que va a realizar una inversión. La sociedad es quien necesita de nuestra intervención y a quien debemos garantizar tranquilidad al momento de una operación inmobiliaria. No somos un colegio que defiende únicamente al profesional; por el contrario, defendemos y cuidamos a la comunidad. Eso está claramente establecido en nuestra ley profesional.
—¿Qué mecanismos concretos se utilizan para garantizar la ética y la seguridad en las operaciones? ¿Y dónde puede verificarse si un profesional está matriculado o habilitado?
Guillermo Rossi: Contamos con una base de datos que incluye a los más de mil profesionales que integramos el departamento judicial, que abarca Balcarce, Mar Chiquita, General Alvarado y General Pueyrredón. En esa base figuran todos los colegiados y está disponible para consulta, tanto a través de la página del colegio como de manera personal o telefónica.
El colegio está conformado por un Consejo Directivo, que es el órgano que conduce la gestión institucional. Está presidido por el presidente, pero respaldado por todo el Consejo y por las distintas comisiones de trabajo, cada una dedicada a su área específica. Entre ellas, una de las más centrales es la Comisión de Control Profesional, que se ocupa de supervisar la matrícula y garantizar que no existan oficinas ilegales en la ciudad —y cuando aparece alguna, se interviene de inmediato—.
Por otra parte, contamos con un Tribunal de Disciplina, que interviene ante cualquier falta o irregularidad cometida por un matriculado. Es el organismo encargado de analizar el caso y, si corresponde, aplicar la sanción disciplinaria pertinente. Todo este marco institucional brinda protección a quien va a realizar una operación inmobiliaria.
Por eso insistimos en que no se actúe por fuera del profesional inmobiliario. No somos obligatorios, pero sí somos necesarios, porque ofrecemos tranquilidad y respaldo. En caso de surgir algún inconveniente, estas herramientas —el Consejo Directivo, la Comisión de Control Profesional y el Tribunal de Disciplina— aseguran que la operación realizada a través de un profesional se lleve adelante correctamente.
—En el Colegio escuché que el martillero es “parte del ADN marplatense”. ¿Podés profundizar esa idea?
Guillermo Rossi: Sí, hemos acompañado a nuestro colegio profesional y, a través de todos los martilleros y corredores públicos, hemos acompañado también el crecimiento de la ciudad. Cuando Mar del Plata cumplió 150 años, marcamos un hito: empezamos a revisar todo lo ocurrido en ese tiempo y a reconocer a muchos referentes de la comunidad que habían sido parte de ese proceso. Y ahí también vimos cómo los martilleros y corredores públicos estuvimos presentes, acompañando ese crecimiento durante más de 60 años: en los desarrollos urbanísticos, en el acceso a la vivienda, en el turismo.
Hemos estado a la par del desarrollo de la ciudad, trabajando con profesionalismo y con dirigentes que aportaron mucho. Nuestro colegio profesional nació como un centro de martilleros y, con el tiempo, se consolidó como una institución que hoy lleva más de seis décadas de trayectoria. A lo largo de esos años, estuvimos presentes en cada etapa del crecimiento local. Mantuvimos reuniones con constructores, escribanos, arquitectos; generamos vínculos entre las distintas profesiones y acompañamos a la ciudad en su evolución. Creemos, sinceramente, que hemos sido un actor importante en ese proceso.
La ciudad creció —muchas veces sin la planificación que nos gustaría—, pero nosotros somos parte de ese ADN marplatense. Somos una parte significativa de su desarrollo. Lo destacamos porque es fundamental: siempre decimos que hay personas que tienen una única vivienda a lo largo de toda su vida y que, para esa decisión tan importante, nos tienen presentes y nos consideran un referente. Eso también representa un desafío. Cuando uno está al frente de una institución, debe valorar todo lo bueno que se logró, corregir los errores que se hayan cometido y pensar hacia adelante, con el compromiso de seguir acompañando a la ciudad en su crecimiento.
—Se percibe una fuerte vinculación con otras instituciones. ¿Qué rol social y comunitario cumple hoy el Colegio?
Guillermo Rossi: Es muy importante la relación que tenemos con todos los colegios profesionales. Particularmente, contamos con una afinidad sólida con el Colegio de Escribanos y el Colegio de Arquitectos. Hemos participado juntos en distintos eventos y mantenemos reuniones permanentes. Gracias a ese trabajo conjunto —impulsado también desde las presidencias— logramos una sintonía muy valiosa que nos permitió estar presentes en Atlantic Real Estate y en diversas actividades institucionales. Esa relación fluida se debe a que convivimos en el trabajo cotidiano y compartimos muchos espacios de acción.
Por supuesto, también estamos abiertos al diálogo con otros colegios profesionales, con los cuales mantenemos encuentros y charlas. Y, especialmente hoy, uno de los desafíos más relevantes que vemos para la ciudad es el tema de la planificación. Todos los marplatenses advertimos la falta de planificación que atraviesa la ciudad desde hace tiempo. En ese marco, estamos participando en una mesa de trabajo llamada “Repensar Mar del Plata”, que reúne a todos los colegios profesionales.
Somos, en gran medida, quienes impulsamos estas iniciativas. Si bien participan las autoridades municipales y provinciales, consideramos que los desarrollos de la ciudad necesitan también del aporte del sector privado y de las asociaciones intermedias como la nuestra. Por eso creemos firmemente en la importancia de unirnos para trabajar por una mejor planificación y un crecimiento ordenado para Mar del Plata.
Hoy estamos logrando una articulación muy positiva entre los colegios profesionales. Mantenemos reuniones permanentes y trabajamos en una mesa conjunta donde buscamos que estén representados todos: los colegios, los centros vinculados a nuestra actividad, los desarrolladores y los constructores. Estamos convencidos de que, entre todos, podemos construir una planificación sólida para el futuro de la ciudad.

—En lo interno, ¿qué acciones se realizaron para fortalecer institucionalmente al Colegio y cómo funcionan las comisiones?
Guillermo Rossi: En línea con todo esto, las distintas comisiones de trabajo realizan tareas internas y también acciones hacia la comunidad. Un ejemplo son la gran cantidad de charlas y eventos que venimos desarrollando periódicamente, gracias a un equipo de trabajo que muchas veces excede a una sola persona o a una comisión.
A través de la Comisión de Capacitación y Cultura hemos podido llegar a toda la comunidad, con el aporte invaluable del área de Protocolo y, especialmente, de nuestra asesora de prensa, que nos permitió abrir un ciclo permanente de charlas destinadas tanto al público general como a los colegas. Esta comisión desarrolla actividades constantes —virtuales y presenciales— vinculadas con la cultura, el periodismo, el deporte y diversas temáticas, que han sumado una gran participación.
En lo interno, funcionan muchas comisiones. Una que trabajó intensamente este año, y también en el último tiempo, es la de Acción Social. Desde allí impulsamos un espacio de encuentro entre colegas, familias y empleados, generando una unión que se refleja en la fiesta del Martillero, en distintos encuentros y en la fiesta de fin de año que estamos organizando. Pero este trabajo también se proyecta hacia afuera: desde hace más de tres años acompañamos al Hogar de Nazaret, asistiendo todos los lunes, no solo llevando comida, sino cocinando y compartiendo tiempo con quienes viven allí. Para nosotros es una función social esencial. Desde el inicio de mi gestión propuse devolver a la comunidad parte de todo lo que recibimos, y esta comisión lo encarna a través de un grupo solidario que también participa en actividades para el Día del Niño y en acciones en Mar del Plata, Miramar, Batán y otras localidades, acompañando hogares, escuelas y espacios comunitarios.
Además, contamos con una Comisión de Legislación, que trabaja en las modificaciones y propuestas vinculadas a nuestra ley profesional, y también en temas disciplinarios. Una Comisión de Subastas que trabaja en la implementación de subastas virtuales. Y comisiones de Comunicación e Informática, que impulsan lo que llamamos un “colegio digital”: la digitalización de procesos y la conexión permanente, tanto interna como externa. Entre los proyectos destacados está el “precio de cierre”, que permite a los colegas conocer el valor real de una propiedad en cualquier punto del departamento judicial. También fortalecimos la atención hacia el exterior para que quien tenga algún inconveniente pueda comunicarse o efectuar denuncias. Hoy tenemos un colegio con historia, un colegio presencial, pero también un colegio digital que amplía nuestra llegada y nuestra capacidad de gestión.
A esto se suma la labor permanente de la mesa directiva, que trabaja diariamente en diversas áreas. En Turismo la actividad es muy intensa: mantenemos una relación directa con el Ente Municipal de Turismo, participamos de la Feria de Turismo —como lo hacemos desde hace cuatro años— y contamos con una importante presencia de colegas que colaboran en la difusión de la ciudad, en la entrega de folletos y en la firma de convenios con otras localidades.
También estuvimos presentes en Atlantic Real Estate, un evento que Mar del Plata necesitaba en materia inmobiliaria y que acompañamos desde su primera edición. Allí tuvimos un lugar destacado y compartimos espacio con los tres colegios profesionales vinculados al sector.
Finalmente, hay un trabajo interno muy fuerte relacionado con el control de la matrícula, que llevamos adelante junto con el Colegio de la Provincia. Nuestro departamento judicial, junto con otros 19 —somos 20 en total—, conforma el Consejo Superior del Colegio de la Provincia de Buenos Aires. Allí trabajamos intensamente en el gran desafío que tenemos hoy: enfrentar el ejercicio franquiciado y fortalecer la comunicación hacia la comunidad para resaltar la importancia del martillero y corredor público. Esta campaña es muy firme y cuenta con el respaldo del Colegio de la Provincia. Es un trabajo constante, del día a día, que sostiene nuestra función y nuestra profesionalidad.
—Hablaste del “colegio digital” y la modernización. ¿Cómo están trabajando con los jóvenes profesionales?
Guillermo Rossi: Realizamos un trabajo muy intenso con quienes llamamos los “noveles”, los nuevos profesionales. Si bien hoy todos llegan con formación universitaria, hay herramientas que la universidad no está obligada a brindar y que nosotros sí consideramos fundamentales. Por eso, antes de la colegiación —que realizamos cada año con un número muy importante de ingresantes, alrededor de 80 colegas— ofrecemos una capacitación previa donde se les explica qué es el colegio, cómo funciona la institución, cuáles son sus obligaciones y cuáles son sus derechos como profesionales. Es decir, se los introduce en el uso y el valor de toda una estructura institucional puesta al servicio del joven martillero y corredor.
El colegio no solo ofrece capacitación, sino también espacios de trabajo muy valiosos. Hemos habilitado salas de reuniones y de firmas, porque quienes recién comienzan necesitan ese respaldo y ese acompañamiento. Muchos provienen de familias vinculadas a la actividad inmobiliaria, pero otros llegan desde ámbitos completamente distintos y suelen ser quienes más apoyo requieren para dar sus primeros pasos.
A través de la Comisión de Noveles los acompañamos desde antes de la matriculación. Cuando llegan a colegiarse ya conocen al Consejo Directivo, entienden la dinámica institucional y se sienten parte del colegio. Es un trabajo muy fuerte, importante y que consideramos indispensable.
También les damos la posibilidad de integrarse a tareas prácticas, de recibir asesoramiento de martilleros con experiencia, y de conocer cómo se trabaja realmente en una inmobiliaria. Es, en definitiva, una tarea de formación complementaria para que, cuando salgan a ejercer, cuenten con todas las herramientas necesarias. Les proporcionamos documentación modelo —reservas, boletos de compraventa— y todos los recursos que creemos indispensables para su desarrollo.
El objetivo es claro: que el nuevo profesional sea igual o mejor que quienes hoy ejercemos, y para eso debe tener al alcance todos los elementos. La capacitación universitaria les da la base, pero la práctica es fundamental. Y ahí estamos nosotros, presentes desde el primer día, acompañándolos en cada curso y en cada instancia formativa.
—En la ciudad se observa un “boom” de la construcción. ¿Cómo lo ves?
Guillermo Rossi: La ciudad tiene un crecimiento constante. Por eso siempre hablamos de la necesidad de una planificación. La ciudad sigue creciendo, y lo hace en gran medida gracias al aporte del sector privado. Siempre señalamos lo mismo: el municipio debe acompañar y tiene el compromiso de hacerlo, pero el crecimiento real llega de la mano del privado, que es quien decide invertir.
En estos últimos dos años observamos un incremento muy marcado de empresas que se instalan en la ciudad, algo muy importante para la actividad comercial, y también un crecimiento fuerte en el sector de la construcción. Hay grandes desarrollos y numerosas obras en marcha. Después se podrá evaluar, en metros construidos, si este movimiento supera o no a los años 60 o 70, pero claramente responde a un estilo distinto, moderno, con empresas que construyen muy bien.
Todo esto genera un movimiento significativo. La construcción de un edificio produce un “derrame” hacia múltiples actividades: quienes trabajan directamente en la obra y también quienes intervienen en el proceso de manera indirecta—arquitectos, inmobiliarios, técnicos, agrimensores, martilleros. Ese derrame es muy importante para la ciudad.
Creemos que el crecimiento en construcción y desarrollos es muy fuerte tanto en el macrocentro como en las zonas de Güemes y la costa. También destaca el gran avance de los barrios privados, que marcaron una diferencia. Los barrios cerrados han impulsado la creación de centros comerciales, y ahora comienzan a multiplicarse ese tipo de espacios. Aquello que hace 20 años decíamos que “algún día llegará”, finalmente llegó: comenzaron a desarrollarse barrios privados en distintos sectores, especialmente en la zona norte y en la zona sur, donde el crecimiento es muy fuerte. Esto trajo más movimiento comercial, nuevos centros comerciales y desarrollos que hoy están en obra, ampliando así las posibilidades en toda la ciudad.
Hoy el departamento judicial abarca desde Mar Chiquita hasta Mar del Sud, y todo ese territorio se ha integrado de manera natural. Los desarrollos del sur se fueron conectando con Chapadmalal y, a su vez, con Miramar; hacia el norte, lo mismo con Mar Chiquita. Tenemos un crecimiento continuo a lo largo de toda la costa, con barrios cerrados, nuevas construcciones y polos comerciales. Siempre hablamos del corredor turístico que une a los cuatro partidos. Incluso en Balcarce—que no es una ciudad costera—se observa un crecimiento enorme en construcción.
La construcción es hoy una de las industrias más importantes, y junto a ella avanza el turismo, que viene trabajando muy intensamente. En un contexto de fuerte competitividad con países vecinos, es necesario mejorar servicios y promover más a la ciudad. En el sector hotelero, debemos ofrecer y seguir elevando la calidad para que la gente venga y vuelva. Y a partir del turismo, automáticamente aparece la inversión: quienes visitan la ciudad muchas veces terminan invirtiendo en ella. Eso alimenta toda la cadena, desde la compra de un departamento usado hasta uno nuevo.
Muchas personas optan hoy por tener aquí su segunda vivienda. Y muchos otros, ya sea porque se jubilan o porque trabajan de manera remota, directamente deciden instalarse en la ciudad.
—¿Cómo proyectás el futuro y qué te gustaría concretar que aún no se haya logrado o esté en camino?
Guillermo Rossi: Nosotros, más allá de todo lo que hemos desarrollado este año —que cuando me puse a escribir pensé: “cuántas cosas hicimos”— también miramos hacia adelante y a los desafíos que vienen. Uno de ellos, como mencionábamos recién, es formar parte activa de la planificación de la ciudad. Pero hay otro aspecto importante en el que estamos trabajando: nuestra profesión cambia permanentemente. No podemos comparar la forma de trabajo actual con la de hace 10 o 15 años. Antes se trabajaba de manera más artesanal; hoy contamos con tecnología.
Y esa tecnología, incluida la inteligencia artificial, nos obliga a pensar en el concepto de un colegio digital. Nuestra actividad seguirá siendo relevante, pero necesitamos modernizarnos y actualizarnos, no solo en lo tecnológico sino también en la capacitación.
En ese sentido, uno de los proyectos más importantes que tenemos, y que ya estamos avanzando para que probablemente funcione el año próximo, es la creación de una Escuela Profesional de Negocios. Esta escuela, que desarrollaremos en conjunto con una universidad afín —que otorgará aval académico a las capacitaciones—, ofrecerá formación superior. Vamos a buscar a los mejores docentes posibles. Será una escuela que dará una gran apertura: destinada a nuestros profesionales, empleados y colaboradores, pero también a todos los profesionales de la ciudad en distintos ámbitos. Creemos que era algo pendiente, en lo que veníamos trabajando desde hace tiempo, y que representa uno de los desafíos más importantes que tenemos.
Hacia afuera, el desafío es la planificación de la ciudad. Necesitamos un crecimiento y una renovación constantes. Los jóvenes —los noveles— nos empujan, nos impulsan a crecer y modernizarnos. Lo tomamos también como parte de la gestión: creemos que deben incorporarse a la institución para ayudarnos a actualizar el colegio y formar nuevos dirigentes. Los que llevamos muchos años en esto tenemos la responsabilidad de motivar y entusiasmar a los nuevos para que se sumen, y eso está ocurriendo: hay gente joven con ganas de participar, y ellos son los futuros dirigentes.
Estoy convencido de que quienes llevamos muchos años en la profesión, y tenemos la posibilidad de trabajar junto a nuestros hijos, encontramos en ellos un impulso que nos hace crecer, modernizarnos y cambiar la forma de pensar. Ese es parte del desafío. Y por eso creemos que esta Escuela de Negocios será central para impulsar el crecimiento, fortalecer la capacitación y permitirnos competir mejor con las empresas que están llegando o que pueden venir en un futuro. No podemos desconocer que en un mundo globalizado las empresas seguirán llegando, y debemos estar preparados. La clave es la capacitación y la modernización.
En la escuela se trabajarán proyectos que conduzcan hacia una licenciatura. Y, algún día, el objetivo es que nuestra carrera —que hoy es de pregrado— se convierta en una carrera de grado. Esto llegará con la escuela de negocios, la licenciatura y una futura modificación de la ley. Creemos que estos son los desafíos que esperamos poder cumplir en lo que resta de la gestión.
—Hay novedades en la comunicación del Colegio. ¿Cuál es el logro más reciente que destacarías?
Guillermo Rossi: La vuelta de nuestra revista representa uno de los hitos más significativos dentro del proceso de transformación digital que estamos impulsando en el Colegio. Históricamente, el colegio tuvo una publicación llamada El Rematador, y consideramos que era necesario revitalizarla. Hacía muchos años que no se editaba, y entendíamos que recuperar este canal de comunicación —tanto en formato digital como en papel— era fundamental.
Hoy estamos muy contentos de haber concretado este objetivo, que es un logro realmente significativo: volver a tener nuestra revista, ahora con un estilo más moderno y más amigable. Creo que será una herramienta que dará que hablar y que, hacia el futuro, tendrá un rol muy importante.
También quiero expresar un agradecimiento a todos, porque nada de esto se logra de manera individual. Hoy hablábamos del equipo interno, y este tipo de proyectos se hace con el trabajo de cada una de las personas que formamos parte del colegio. Quienes son la cara visible de la institución es nuestro personal, y a ellos les debemos un reconocimiento especial: nosotros estamos de paso, ellos permanecen. Son los que llevan puesta la camiseta del colegio, los que nos acompañan día a día y afrontan los cambios de autoridades, algo que no siempre es sencillo. Ellos son, como digo siempre, la cara visible del colegio y quienes seguirán en el futuro.
Con la revista, siento que hemos cumplido el desafío. Seguimos avanzando en las metas y proyectos que nos propusimos cuando asumimos la gestión en 2022.
Modernización, control y anclaje comunitario: las claves del Colegio para ratificar su necesidad fáctica en el mercado inmobiliario
Lejos de una postura estática, el Colegio de Martilleros de Mar del Plata se presenta como una entidad proactiva, consciente de que su supervivencia no depende de la obligatoriedad legal, sino de su necesidad fáctica como pilar de confianza en las transacciones inmobiliarias. El concepto de “ADN marplatense” no es utilizado como una reliquia, sino como un cimiento sobre el cual se construye una modernización tangible: el “Colegio Digital”, la apertura a los jóvenes profesionales y, sobre todo, la apuesta por la capacitación superior con la Escuela de Negocios. Frente a los vientos de desregulación y la competencia de plataformas franquiciadas, la respuesta de la institución es clara: más profesionalismo, mayor control ético y un profundo anclaje comunitario, reafirmando que la seguridad y el respaldo de un profesional matriculado son el verdadero valor agregado que ninguna tecnología, por sí sola, puede reemplazar.