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En cualquier tipo de emergencia que ocurra en Mar del Plata, la Dirección de Defensa Civil coordina la respuesta municipal. El trabajo conjunto con Bomberos, el SAME, las fuerzas armadas y de seguridad resulta fundamental. Rodrigo Goncálvez, director del área, le contó a CENTRAL cómo se logró. Y repasó intervenciones a gran escala como la del incendio de Torres y Liva, temporales e inundaciones.

Hace 17 años, cuando empezó a desempeñarse en el área de Defensa Civil de la Municipalidad, Rodrigo Goncálvez atendía el teléfono. Realizó esa actividad durante casi dos años y, lejos de renegar del pasado, está convencido de que le sirvió para entender algo fundamental: para cada vecino que llama al 103, su problema es el más importante, por lo que nunca debe subestimarse lo que le ocurre. “Tal vez no es un gran problema, pero el que llama no sabe, como nosotros, lo que le puede estar pasando a otro”, comenta a CENTRAL.

Llegó a hacer guardias telefónicas de 24 horas solo. “Me encantaba. Tengo muy gratos recuerdos de haber sido telefonista y me dio una experiencia que me sirve”, remarca Goncálvez, que hoy es el director del área que ante cualquier emergencia que tenga lugar en Mar del Plata coordina la respuesta municipal y de las fuerzas que se requieran.

¿Cuál es la misión de la Dirección de Defensa Civil?

Defensa Civil tiene encomendada la prevención y la mitigación de cualquier situación adversa que ponga en riesgo a las personas, al medio ambiente y a sus pertenencias. Es un área muy transversal en la administración pública. Tiene intervención en una cantidad de situaciones muy diversas. La ordenanza de creación de Defensa Civil, la 10870, establece que ante catástrofes o épocas de adversidades importantes que pongan en riesgo a la comunidad, el presidente de la “Junta Municipal de Defensa Civil” es el intendente y el director de Defensa Civil tiene rango de secretario, lo que lo lleva a poder tomar decisiones sobre todos los recursos del estado municipal bajo las órdenes del intendente. Los servicios básicos de emergencia son la policía, los bomberos y el sistema sanitario o de ambulancias. Por debajo se encuentra Defensa Civil, necesaria tanto para la prevención como para la mitigación. La logística integral de la emergencia merece que haya un organismo que la ordene, que de alguna manera les dé a las áreas intervinientes el respaldo, la atención y el acompañamiento que pueda requerir esa emergencia. Por eso Defensa Civil pasa a cumplir eso rol de gestionador integral de la emergencia.

¿Con qué áreas se trabaja en conjunto?

Somos una ciudad privilegiada en lo que tiene que ver con la respuesta. Tenemos a las tres fuerzas armadas en Mar del Plata, tenemos fuerzas federales, tenemos las cuatro direcciones de siniestralidad: la de Bomberos, la de Explosivos, la de Rescate y la Policía Ecológica. También está la Cruz Roja y los guardavidas. Venimos ampliando la red de emergencia de Mar del Plata. Todos sabemos lo que tenemos que hacer en el marco de nuestras responsabilidades, pero cuando tenemos que trabajar juntos hay que ordenarlas.

¿Cuál es la clave para que salga bien?

La emergencia no es solamente llamar a los recursos. Optimizar el recurso es tan importante como tenerlo. Además, antes muchas veces los egos podían perjudicar cuestiones serias. Hay que entender que el protagonismo no es lo importante, sino un trabajo en equipo para lograr el bien común y acompañarnos mutuamente. Se han podido dejar de lado todas esas cuestiones. Formar equipos de trabajo es lo primero que me propuse cuando empecé este camino. Hay que trabajar con humildad, aprender de los demás, intentar generar el vínculo no solo personal y orgánico sino también con otras jurisdicciones. Y hoy me siento plenamente feliz porque esto se da: todos quieren participar. Antes era mejor que no los llamaras. Ahora te preguntan por qué no los llamaste. Todos se quieren sumar para aportar su granito de arena en esto que termina siendo en beneficio para la ciudad.

Ha mejorado mucho la convivencia…

Totalmente. Nosotros en Mar del Plata estamos trabajando en lo que es la gestión integral de riesgo del Partido de General Pueyrredon. De hecho, el intendente firmó un decreto a principios de año que nos obliga a generar este protocolo de acción que tiene que ver con el trabajo mancomunado. Lo venimos haciendo de manera implícita hace muchos años. Y admiro a mucha de la gente con la que trabajo coordinadamente. A Juan Di Mateo, del SAME, lo admiro plenamente por lo que representa como persona y como profesional. Desde que Alberto Gabba está a cargo del cuartel central de Bomberos hemos mejorado muchísimo el trabajo. Lo mismo con Pablo Aguirre, director de Rescate, o con Juan Lara, de la Policía Ecológica. Incluso la Dirección de Rescates de la policía de la provincia comparte cuartel con nosotros. También tenemos ahí una ambulancia del SAME. El cuartel está ubicado en lo que era la salita municipal N° 2, que estaba totalmente destruida. La pusimos en valor con un trabajo de los empleados municipales. Para nosotros va a ser un polo de emergencias. Otro punto importante es que la línea 103 de Defensa Civil es la única que es atendida las 24 horas por empleados municipales. Los ojos de la ciudad para nosotros no son las cámaras de seguridad: son la gente que llama. Con el teléfono podemos sacar un mapa de calor de dónde tenemos la mayor dificultad en los primeros 35, 40 minutos de una eventualidad, sobre todo cuando se trata de una cuestión meteorológica. La gente te lo marca.

¿Cuánto personal tiene Defensa Civil y cómo es la relación con el Ejecutivo?

Estamos en 25 personas, con un crecimiento paulatino. Tenemos una flota de vehículos y un acompañamiento permanente del Ejecutivo. Defensa Civil pertenece a la Secretaría de Seguridad. Históricamente perteneció al Emsur. Pero me parecía totalmente innecesario, confuso y conflictivo. Con (el entonces secretario de Gobierno durante el gobierno de Arroyo) Alejandro Vicente la llevamos a la Secretaría de Gobierno, y con la gestión de Montenegro pasó a Seguridad. Con el intendente tengo una relación personal producto del trabajo. La verdad que tiene una mirada sobre la siniestralidad muy acabada.

¿Y cómo es el vínculo con Defensa Civil de la Provincia?

Hemos logrado un ida y vuelta muy importante. Hablo permanentemente con el director provincial. En la siniestralidad se dejan de lado las cuestiones políticas. No se politizan las cuestiones de emergencia. Muchos concejales nos han llamado y hemos actuado ante eventualidades en los barrios. Trabajamos, nos hablamos. Pese a que las líneas políticas son distintas, no veo que la política interfiera en esa relación.

Torres y Liva, el incendio más
importante en tres décadas

“El de Torres y Liva fue uno de los siniestros más emblemáticos de la historia de Mar del Plata, el más importante en los últimos 30 años”, define Rodrigo Goncálvez.

¿Cómo se vivió desde Defensa Civil ese incendio?

Puso a prueba a todos los servicios de emergencia. Al estado municipal en su conjunto, a estamentos provinciales. Que no haya habido víctimas tiene que ver en gran parte con la respuesta operativa que se dio, que fue gratamente asombrosa, porque fue un domingo a las 10 de la noche, cuando las guardias están prestas pero restringidas. No es lo mismo que suceda un día de semana a la mañana que un fin de semana a la noche. Pero si hubiéramos hablado de media hora o una hora más tarde estaríamos hablando de otra cuestión… Lo cierto es que se necesitó de la coordinación de lo que es un centro de operaciones en emergencia para establecer los roles de cada uno, los anillos de la emergencia, y para saber qué teníamos que hacer en ese momento. Fue un abordaje muy integral, un desarrollo del Estado muy amplio, con el acompañamiento de muchos privados que siempre están a disposición. La emergencia empezó un día y terminó cuatro meses después, porque la situación de riesgo nos llevó a hacer una demolición controlada, con empresas privadas, porque había quedado un riesgo.

¿A cuántos edificios afectó?

Afectó agudamente a cuatro edificios en la zona. Prácticamente una manzana. Por supuesto el de Torres y Liva, que hoy no se encuentra, con los daños materiales y los personales vinculados a los valores más importantes que puede tener una persona, que son sus recuerdos. Eso fue muy difícil y se necesitó un acompañamiento.

LA TORMENTA DE LOS 1000 ÁRBOLES CAÍDOS

Los grandes eventos meteorológicos también necesitan la coordinación de Defensa Civil. “Sin duda lo climático es lo que más nos afecta. Porque afecta en un momento determinado a un montón de gente en una geografía muy amplia como la que tiene Mar del Plata, con 1500 kilómetros cuadrados”, explica Rodrigo Goncálvez.
A su entender, uno de los eventos más complicados que le tocó abordar fue el de 2016, que dejó como saldo “1000 árboles caídos”. “Empezó un martes a la tarde y duró hasta un jueves al mediodía, con vientos de entre 80 y 90 kilómetros por hora. Hubo dos días de viento, no terminaba más. Y se produjeron un montón de eventualidades”, recuerda.

“En Alvarado y la costa, en un edificio en construcción, los blindex volaban como si fueran hojas de carpetas. Caían a la vía pública. Y cayeron árboles arriba de casas, arriba de autos, en la vía pública, generando cortes de energía eléctrica…”, enumera. “No voy a decir que nos superó, pero eran más los reclamos que entraban que los que podíamos darles respuesta. Dimos respuestas en casi 10 días”, acota.

Goncálvez detalla que, “de los 1000 árboles, 430 eran del Bosque Peralta Ramos”. “Prácticamente estuvimos una semana en el Bosque. Fue una tormenta muy emblemática que requirió el trabajo coordinado de muchas áreas. Uno prácticamente pedía por favor que parara el viento”, señala.

El drama de las inundaciones

“En 2017 tuvimos en Mar del Plata 285 milímetros de agua caídos en el término de 72 horas”, recuerda el director de Defensa Civil, Rodrigo Goncálvez.

¿Cómo está Mar del Plata preparada para soportar ese tipo de lluvias?

Tenemos un sistema de pluviales con diferentes capacidades, que son matemáticas. Veinte milímetros de agua por hora es lo que soporta un pluvial de la zona del micro y macrocentro de Mar del Plata. Ochenta milímetros es lo que soportan los nuevos pluviales que tenemos en la zona de la vieja terminal. Cuando deja de llover, el pluvial que saturó y anegó en algún momento va a drenar. Ese momento nos va a encontrar con alguien al que le pudo haber entrado agua, por supuesto, eventualidades o daños materiales, pero sabemos que esa agua se va a ir. Después tenés la parte de la periferia, donde no tenés sistema de pluviales y no tenés sistemas de arroyos. El agua muchas veces, en algunos barrios de Mar del Plata como Autódromo, La Herradura, Parque Palermo, Parque Hermoso, no se escurre.

En esos lugares la situación es más complicada…

El agua se estanca y nos genera un problema que no se soluciona cuando para de llover. Muchas veces queda ahí y se evapora más tarde o demanda el movimiento de maquinaria pesada para lograr que se vaya. Son lugares que no fueron aptos para hacer una subdivisión, una casa o un asentamiento. Sabemos que cuando pasa un evento de esta naturaleza hay gente que pierde todo.

EL RIESGO “ANIMADO”

Rodrigo Goncálvez explica que los riesgos de una ciudad pueden ser “inanimados”, como el de un incendio, un poste o un árbol a punto de caerse, o “animados”; es decir, producidos por animales. “Cuando el riesgo es animado es mucho más difícil porque se nos va moviendo. Si es inanimado sabemos que lo tenemos que neutralizar en determinada cantidad de metros cuadrados. Cuando es animado es otra cosa”, compara el director de Defensa Civil.
Pone como ejemplo el puma que deambuló por Punta Mogotes en 2016. “Como muchas veces las ciudades se expanden hacia lugares donde no había personas, nos vamos a encontrar con este tipo de animales que muy bien adaptados están en la provincia de Buenos Aires, La Pampa o en el norte de nuestro país. Hay muchos, y muchos más se van a empezar a ver en los próximos años. El puma no representa en principio un peligro para las personas, en tanto y en cuanto las personas no molesten al animal. Muchas veces no se ven por eso mismo. Un animal como un puma en el tejido urbano amerita la participación del Estado para llevar la tranquilidad, capturarlo y llevarlo a un hábitat más natural”, destaca.
También cuenta que los vecinos llaman para advertir sobre la presencia de otros animales, por lo que se requiere el trabajo conjunto con guardiaparques. “Llaman por carpinchos, comadrejas, alguna serpiente que se ha escapado de la zona de Güemes…”, enumera.
Recuerda la ballena encallada en la playa en 2018, la primera jorobada que apareció en la costa de Mar del Plata. Pesaba seis toneladas. “En este tipo de intervenciones, lo primero que tengo que hacer es llamar a la persona que sabe del tema. Porque uno puede tener un conocimiento muy básico de cada tema. Necesitás una mirada técnica para armar el operativo. Hay hechos que desencadenan cuestiones judiciales, entonces uno no puede actuar como un librepensador sin tener un soporte técnico”, indica.
“En el caso de la ballena, se tuvo que hacer un cordón, trabajar con la Universidad de Mar del Plata, con diferentes ecologistas, con el Aquarium. Incluso se le dio participación a la gente: le ponían paños mojados para darle cierta humectación al animal. Pero apareció un sábado a la tarde y terminó muriendo el lunes. La enterramos”, relata. Y recuerda que en la zona de Waikiki se presentó otro caso “hace poco más de un año”. “Era un ejemplar mucho más chico. Ya directamente salió muerto del mar. Ahí la intervención tuvo que ver con el traslado del animal con maquinaria pesada. Tal cual hicimos la otra vez, pero con menos complejidad”, agrega.

DESAFÍO VERANO: LOS INCENDIOS FORESTALES

El gran desafío de cada verano para Defensa Civil es la prevención y mitigación de los incendios forestales. Para hacerle frente, la dependencia trabaja junto con Bomberos y la Brigada Forestal. “Los incendios generan una angustia muy grande en la comunidad. Prácticamente al 100% los podemos evitar”, afirma Rodrigo Goncálvez.

¿Cómo se trabaja en la prevención?

Estamos marcando un precedente en la provincia con los carteles que pusimos en las rutas. Hicimos toda una red de cartelería de incendios forestales, con el reloj que marca el grado de riesgo alto, bajo o medio. Hicimos una red con todas las reservas forestales. Llevamos adelante capacitaciones con maquinaria pesada para incendios forestales. También hicimos capacitaciones sobre uso de motosierra y primeros auxilios para empleados municipales. Fuimos de los Bomberos hacia el Estado y desde el Estado hacia los Bomberos. Todo ese trabajo se hizo con Pablo Polarolo, director de la Brigada Forestal, para prevenir incendios forestales. Hace dos años tuvimos 900. El último fueron 750. Pero en un día tuvimos 30 incendios grandes. Incluso tuvimos en el predio de basura. El problema con los incendios es que sabés cuándo comienzan, pero no cuándo terminan.

¿Cómo se determina el riesgo de incendio forestal?

Es el índice FWI. Tiene que ver con lo climático, el viento y el factor de humedad. A eso se le suma la cuestión de la carga vegetal. Cuando tenemos un riesgo alto, vamos al lugar y lo comunicamos.

DESAFÍO INVIERNO: EL MONÓXIDO DE CARBONO

“El monóxido en invierno y los incendios forestales en la temporada de verano son dos cuestiones que tienen algo muy similar a la meteorología: puede afectar a mucha gente en un momento determinado”, define el director de Defensa Civil.

¿Cómo es la prevención en el caso del monóxido?

Llamamos a todos los sectores y consensuamos entre todos los consejos básicos: cómo actuar, por qué llamar, adónde llamar, cuáles son los síntomas. Nosotros hicimos una salida en el teatro Colón en marzo. Dimos una capacitación para 200 personas, para gasistas matriculados, para las cámaras. Después hicimos dos charlas más en Bomberos Voluntarios. Y después replicamos en los colegios. Estamos dando charlas en todos los colegios de Mar del Plata. La visibilización es fundamental para la prevención del monóxido de carbono.

¿Cómo se aborda el tema?

Cuando damos la charla, hablamos de monóxido de carbono y de siniestralidad producto de métodos de calefacción. Los primeros seis meses del año dieron un 40% más de intervenciones siniestrales que el histórico, por la ola de frío. De ese 40% todos tienen que ver con métodos de calefacción, mala praxis y sobrecargas eléctricas. Son datos de Bomberos de Mar del Plata. Fueron 286 intervenciones en lugares domiciliarios. Indudablemente es un invierno más frío que los anteriores. En la provincia el índice también es muy alto. Unos 9.000 casos tiene la Argentina por año, de los cuales la mayoría son de la provincia. Más de 300 muertos al año genera el monóxido en el país.

Di Mateo: “Hemos conformado
un grupo de trabajo muy unido”

El director general del SAME, Juan Di Mateo, aseguró a CENTRAL que junto a Defensa Civil, Bomberos y las fuerzas de seguridad se ha conformado “un grupo de trabajo muy unido”. “Este grupo trabaja en conjunto. Cuando hay una emergencia y acorde a la solicitud de los diferentes requerimientos que hay en el lugar, con una comunicación muy fluida, hemos logrado optimizar tiempos, recursos y sobre todo lograr un trabajo en equipo, lo que por ahí antes no sucedía”, insistió.
La Dirección General del SAME, que depende de la Secretaría de Salud, está compuesta por un coordinador operativo, un coordinador médico y un grupo integrado por aproximadamente por 125 personas. “Tenemos nueve móviles operativos durante las 24 horas los 365 días del año distribuidos en zonas estratégicas para dar respuesta y acortar los tiempos de llegada a los diferentes incidentes”, explicó el funcionario.

Alberto Gabba: “Lo que funciona
realmente es el trabajo en equipo”

Alberto Gabba, el jefe del cuartel central de Bomberos, lleva trabajando en la ciudad siete años. A su criterio, “lo que realmente funciona” en Mar del Plata “es el trabajo en equipo”. “Desde el momento en que arribé a la ciudad armamos un trabajo en conjunto que llevó adelante un sinnúmero de intervenciones”, señaló. “Haberlo conocido a Rodrigo (Goncálvez) fue importante. Trabajar con él y con Juan Di Mateo (el director del SAME) nos da un respaldo ante cualquier situación de emergencia”, destacó.

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