50 años de tradición y sabor en Mar del Plata
Fundada en el año 1974, La Mini celebra su 50 aniversario como un ícono indiscutible de Mar del Plata. A lo largo de tres generaciones, esta pequeña pizzería ha pasado de ser un humilde proyecto familiar a un importante referente local, marcado por el sabor, la cercanía y la dedicación. Conversamos con Sergio Mazza, quien asumió la gestión familiar en la década del 90 e impulsó su crecimiento, y su hijo Manuel, quien ahora toma la posta con planes para expandir y modernizar el legado que inició su abuela hace medio siglo.
Punto de partida
Sergio, contanos cómo surgió esta pizzería que hoy es un clásico en la ciudad. ¿Cómo fue el comienzo de La Mini?
Sergio Mazza: “Todo empezó el 24 de noviembre de 1974, justo el día del cumpleaños número 42 de mi mamá, Mari. Ella ya había probado con otros negocios en ese local, pero como no prosperaron, se decidió por la gastronomía. Mi mamá era una mujer con empuje, y aunque veníamos de una familia humilde, ella estaba decidida a sacar adelante el negocio. Así fue que junto con un socio, un domingo a las 6 de la tarde, abrió La Mini en la Avenida Independencia. En ese entonces, mi papá trabajaba como mozo en el restaurante Los Troncos, así que al principio fue un proyecto que mi mamá llevó adelante sola. Mi papá recién se incorporó al año, cuando el socio decidió vender su parte, y ahí La Mini pasó a ser totalmente de la familia.”
¿Por qué decidieron llamarla “La Mini”?
Sergio Mazza: “Simplemente porque era, literalmente, una pizzería mini. El local tenía 24,5 metros cuadrados, con dimensiones de apenas 3,5 metros por 7, y era la pizzería más chica de la ciudad. Incluso hoy, no creo que haya otra en Argentina con esas medidas. Por esa época, también estaba de moda la minifalda, así que muchos creían que el nombre venía de ahí, pero en realidad se trataba de una referencia directa al tamaño del local.”
¿Cómo lograron ser un punto de referencia tan rápidamente?
Sergio Mazza: “La ubicación fue una gran ventaja. La Avenida Independencia era y sigue siendo un lugar de mucho tránsito, rodeada de bancos, oficinas y teatros. En ese momento, era una zona de confluencia de muchas líneas de colectivos, y prácticamente todos los marplatenses pasaban por ahí. Además, mi mamá decidió vender pizza en porciones en lugar de pizzas enteras, ya que el espacio tan reducido no daba para otro tipo de servicio. Y aunque al principio parecía una limitación, terminó siendo el éxito del negocio. La gente que iba de paso podía pedir su porción de pizza y comer rápido. También el tamaño del local generaba una cercanía especial con los clientes: cada uno de ellos podía ver el trabajo en el horno y sentir la calidez del trato directo, algo que no se encuentra en otros lugares.”
Entender el mercado
Manuel, ahora estás tomando las riendas del emprendimiento familiar. ¿Qué representa para vos esta pizzería?
“Para mí, seguir adelante con la pizzería tiene que ver con algo que siempre sentí desde chico. Siempre tuve el deseo de entender lo que significa tener un negocio, manejar una empresa, ser un empresario y enfrentar los desafíos que se presentan cada día. Desde joven me gustaba estar presente, dar una opinión, colaborar. Empecé a trabajar en la fábrica a los 16 años, pasando por distintos sectores, y me di cuenta de que me gustaba conocer cada aspecto de la empresa para entender mejor qué decisiones tomar.
Además, este proyecto familiar tiene un valor especial por los valores que representa. Tiene un clima cálido, una buena calidad humana, un trato cercano con el cliente. Muchas personas nos han reconocido por eso, y creo que es algo que hace única a esta empresa. Esa cercanía y ese espíritu son parte de lo que me impulsa a seguir con este legado familiar.”
¿Cómo fue tu integración en La Mini y cómo diste los primeros pasos para expandir el negocio?
Sergio Mazza: “Mi primera experiencia en La Mini fue a los 14 años, durante un verano. Iba al colegio y trabajaba en el local, ayudando en lo que podía. Pero en realidad, no me gustaba la gastronomía. Estudié ingeniería y psicología, y después me fui a trabajar a American Express. Más adelante, hice un viaje de mochilero por Europa y viví unos años en Puerto Rico. Fue un camino largo, pero en 1992, cuando mi papá estaba pensando en vender La Mini, decidí volver y quedarme con el negocio. En ese momento, tomé la responsabilidad total y abrí la primera sucursal en la calle San Juan. Luego, en 1995, implementé el primer centro de delivery en Mar del Plata, algo que vi funcionando en Puerto Rico y que fue una novedad en ese momento. Teníamos 14 motos, hornos y una organización interna para repartir pizzas a toda la ciudad.”
¿Qué otros cambios importantes hicieron?
Sergio Mazza: “Cuando vimos que la demanda seguía creciendo, decidimos abrir una planta de elaboración en 1998. Eso nos permitió preparar los productos con mayor comodidad y eficiencia, asegurando que cada porción tuviera la misma calidad. En 2004, después de vivir unos años en Tenerife y de haber monitoreado La Mini a la distancia, volvimos a abrir otra sucursal, esta vez en la zona de Güemes, que estaba creciendo. Luego, en 2008, lanzamos la sucursal de la Peatonal San Martín. Fue un paso importante porque la peatonal es un punto turístico muy concurrido y esta sucursal se convirtió en una de las más visitadas, especialmente por turistas de otras ciudades que vienen a Mar del Plata.”
Manuel, ¿cómo ves el futuro? ¿Qué planes tenés para seguir adelante?
Manuel Mazza: “Estamos enfocados en expandirnos dentro de Mar del Plata. Hay sectores como Constitución y el puerto que tienen un gran potencial, y queremos abrir nuevas sucursales ahí. También estamos trabajando en un proyecto para llevar La Mini a supermercados en forma de pre-pizzas, lo que requeriría aumentar la producción y mejorar la logística. Nuestra planta de elaboración está habilitada a nivel nacional, así que tenemos la posibilidad de distribuir productos a mayor escala, lo cual sería un paso importante para llevar La Mini a muchas más personas”.
Hablemos de pizzas
¿Cuál es el secreto detrás de la pizza de La Mini?
Sergio Mazza: “Para nosotros, la masa es fundamental. Usamos una masa de media masa, de casi 400 gramos por bollo, lo que le da esa textura aireada y crocante que caracteriza a nuestra pizza. Además, el espacio limitado en el local hace que el cliente pueda ver cada detalle del proceso y recibir su porción en minutos. Creo que lo que diferencia a La Mini es esa combinación de calidad en los ingredientes, rapidez y la experiencia única de comer en una pizzería auténtica, donde el trato es cercano y personal. Es importante destacar que nosotros elaboramos nuestras pizzas dos veces por día: a las 5:30 de la mañana preparamos la pizza que vendemos al mediodía, y al mediodía elaboramos la pizza que vendemos a la noche. Todo esto se hace desde nuestra planta de elaboración y se reparte crudo a nuestros locales, lo que nos asegura un producto fresco todo el tiempo.”
A lo largo de estos años, ¿ha habido clientes famosos o personajes reconocidos que hayan pasado por La Mini?
Sergio Mazza: “Raúl Alfonsín vino a La Mini antes de ser presidente, acompañado por el entonces concejal Roig. También Olmedo, quien era amigo de mi papá desde Rosario, y Porcel, quienes solían venir cuando actuaban en el Teatro Ópera. Spinetta fue otro visitante, y también tuvimos a los hermanos Curuchet y Uby Sacco, quienes venían después de entrenar en el Club Mar del Plata. La Mini nunca fue un lugar de moda, pero sí un lugar donde cualquiera, famoso o no, puede disfrutar de una buena pizza al paso.”
De padre a hijo
Manuel, en tu opinión, ¿qué aspectos del trabajo de tu papá son los más valiosos?
Manuel Mazza: “Su pasión y compromiso. Aunque siempre ha dicho que la gastronomía no es lo suyo, el amor que tiene por La Mini es evidente. Él fue pionero en Mar del Plata con el delivery y trajo ideas innovadoras como el sello en las empanadas. También admiro su sentido de la responsabilidad y su capacidad para cuidar cada detalle. Eso es algo que espero seguir manteniendo. Mi papá me enseñó que lo importante es poner al cliente en primer lugar y nunca bajar los estándares de calidad.”
Sergio, ¿cómo te sentís al ver que Manuel quiere continuar con el negocio familiar?
Sergio Mazza: “Es un orgullo enorme. Ver que Manu elige La Mini y sigue adelante, a pesar de las oportunidades laborales que existen hoy en día, es emocionante. Yo sé que este negocio es exigente, pero él tiene una visión moderna y el mismo compromiso que tuvo mi mamá cuando fundó La Mini. Eso me da tranquilidad, porque sé que está en buenas manos y que el negocio va a seguir creciendo sin perder su esencia.”
La actualidad
Han mencionado la importancia de la higiene y la calidad en los productos. ¿Podrías profundizar un poco más en esto?
Sergio Mazza: “En gastronomía, la higiene es crucial. Desde la planta de elaboración, cada producto que sale de La Mini, especialmente los rellenos de las empanadas, pasa por un proceso de pasteurización para garantizar su seguridad alimentaria. Esto no es común en el rubro, pero para nosotros es una prioridad. Sabemos que cada porción que vendemos debe cumplir con los estándares más altos, y eso nos permite ofrecer a los clientes un producto confiable. Además, nuestro compromiso con la higiene va más allá: nuestros locales siempre se mantienen impecables, y el cliente sabe que puede confiar en la calidad de lo que ofrecemos.”
¿Alguna vez consideraron abrir una sucursal fuera de Mar del Plata?
Sergio Mazza: “Sí, varias veces. En España, cuando viví en Tenerife, muchos amigos me sugirieron abrir una Mini allí. Mis otros dos hijos, Julián y Santiago, que viven en Palma de Mallorca, también les encantaría tener una Mini allá. Nos han buscado para llevar el negocio a otras ciudades de Argentina, pero el desafío de abrir fuera es que uno de los secretos de La Mini es la cercanía en la atención, la conexión con el cliente. Eso es difícil de replicar si no estás en el lugar, así que siempre preferimos expandirnos dentro de Mar del Plata, donde conocemos el mercado y el trato sigue siendo personal.”.
La Mini ha logrado sostenerse y crecer en una ciudad con una competencia gastronómica fuerte. ¿A qué le atribuyen este éxito?
Sergio Mazza: “Creo que el éxito de La Mini radica en que nunca perdimos de vista nuestros valores y el compromiso con la calidad. Mar del Plata es una ciudad exigente en cuanto a gastronomía, y hemos tenido que competir con grandes marcas. Pero La Mini tiene algo que va más allá de lo comercial: es parte del tejido social de la ciudad. Muchos clientes han venido a lo largo de los años y han visto cómo crecimos, y creo que eso genera una conexión especial. Cada porción de pizza que vendemos cuenta una historia y nos recuerda el esfuerzo de mis padres, de Mari y Miguel, quienes crearon este legado”.
50 años de La Mini
¿Qué mensaje les gustaría dejar en este aniversario tan especial?
“Queremos agradecer a todos los clientes que han sido parte de esta historia. La Mini es lo que es hoy gracias al apoyo de cada persona que pasó por nuestras sucursales. También quiero destacar el legado de mis padres, porque sin ellos nada de esto sería posible. Ellos nos transmitieron valores que van más allá del negocio, como el esfuerzo, la honestidad y el compromiso. Nos sentimos orgullosos de poder celebrar 50 años de La Mini, y esperamos seguir ofreciendo un lugar donde todos puedan sentirse en casa, disfrutando de la misma calidad que ofrecieron mis padres desde aquel primer día en
“Asimismo, expresamos nuestro más sincero agradecimiento a todos aquellos que han formado parte de este viaje durante nuestros 50 años. Su dedicación y compromiso han sido fundamentales para nuestro éxito; de hecho, más del 30% de nuestro equipo ha estado con nosotros por más de 20 años, lo que refleja la lealtad que cultivamos en esta empresa familiar. Finalmente, es importante destacar que estaremos sorteando 50 órdenes de compra por $100.000, y que, en este año, celebramos tanto los 150 años de Mar del Plata como los 50 años de La Mini, ofreciendo vasos conmemorativos como parte de nuestras festividades. Desde nuestros inicios hemos mantenido como premisa ofrecer calidad a un buen precio, un mensaje que compartimos en cada capacitación con nuestro equipo. Deseamos que nuestros clientes perciban esta propuesta de valor, que es la esencia de nuestra labor.”
Con su emblemático eslogan, “La redonda que más camina”, La Mini es una referencia de la gastronomía marplatense, atrayendo a locales y turistas por igual con su inconfundible sabor y tradición. Su propuesta única y sus recetas originales se pueden disfrutar en diversos puntos de la ciudad. Los amantes de sus clásicas redondas y toda su carta pueden visitar sus sucursales en Av. Independencia 1681, en la peatonal San Martín 2619, en San Juan 1668 y en Alvarado 1227, cada una con opciones para disfrutar en el lugar, para llevar o para entrega a domicilio por delivery, haciendo de La Mini un lugar accesible en cualquier rincón de Mar del Plata.