Nueva Sede
Nueva sede Güemes, Hospital Privado de Comunidad.
Los miembros de la Fundación Médica de Mar del Plata (FMMP), artífice del Hospital Privado de Comunidad (HPC), acostumbran decir que el secreto del éxito de la institución, inaugurada hace más de 50 años (el 30 de mayo de 1971), está en los documentos fundantes. El estatuto de la Fundación fijaba, en su primer artículo, el objeto de “crear, mantener y desarrollar un Hospital Privado de acuerdo a normas y sistemas de elevada pauta técnico- científica, con proyección social a la comunidad”. Por su parte, la carta orgánica establece la prohibición de distribuir utilidades entre sus miembros. En caso de que la actividad del hospital genere superávit, debe ser reinvertido en el sostenimiento de la obra y los fines que dieron origen a la Fundación.
La Nueva Sede Güemes es un reflejo de ese espíritu. Ubicada en Gascón 1345, ofrece a los pacientes la posibilidad de tener una atención integral ambulatoria en un solo lugar.
Un espacio amplio, agradable, accesible y amigable con el medio ambiente. Con 38 consultorios, especialmente preparados y equipados para cada especialidad.
Hay aspectos sumamente valorables más allá de sus características técnicas: la idea de su construcción surgió y empezó a plasmarse durante la pandemia de coronavirus, una etapa de incertidumbre.
La ejecución del proyecto coincidió con años de múltiples dificultades en la argentina. Pero, a través de un trabajo profesional y en equipo, todo salió como estaba planificado. Y eso es posible porque, además del rumbo que trazaron los fundadores, los continuadores tomaron la clara decisión de respetarlo.
Calidad, profesionalismo y cooperación
Cada uno de los que hicieron posible la Nueva Sede Güemes del Hospital Privado de Comunidad trabajaron con profesionalismo, esfuerzo y dedicación.
El estudio de arquitectos Agüero – Marcenaro elaboró el proyecto en plena pandemia, al punto que, por las medidas que regían, lo presentó con una modalidad híbrida: de forma presencial y por Zoom.
A cargo de la obra estuvo la constructora COARCO Internacional, que aportó su calidad y sus estándares técnicos.
Y el interior del edificio quedó en manos del estudio Agostina Castro San Martín. Pero nadie estuvo solo. Los médicos, enfermeros y los integrantes de las áreas de marketing, recursos humanos, ingeniería, proyectos y obras, entre otras, del HPC siempre estuvieron presentes para aportar su mirada y trabajar en equipo. La cooperación entre todas las partes hizo posible el resultado exitoso.
El edificio
La Nueva Sede Güemes del Hospital Privado de Comunidad tiene una superficie de 2.380 metros cuadrados totales distribuidos en cinco niveles y cuenta con 38 consultorios médicos para estudios técnicos y de imágenes, así como con un auditorio.
Sus características técnicas son determinantes para que sea accesible para todas las personas y amigable con el medio ambiente.
Entre las características que hacen a este edificio accesible para todas las personas están las baldosas podotáctiles y los mesones aptos para sillas de ruedas.
Dr. Miguel Ángel Statti
Miguel Ángel Statti, presidente del Consejo de Administración de Fundación Médica Mar del Plata, repasó cómo fueron cambiando las necesidades del Hospital Privado de Comunidad a lo largo de la historia, desde la centralización a la descentralización y, ahora, a la separación de la asistencia médica ambulatoria del ámbito hospitalario.
Además, describió el proceso de construcción y definió lo que representa para la institución y para Mar del Plata la Nueva Sede Güemes del HPC.
—¿Cómo se pensó a lo largo de la historia la descentralización del HPC?
Cuando se construyó el HPC en 1971, se concibió con la idea de ofrecer todos los resortes de la atención médica en una sola manzana. Inicialmente las técnicas disponibles no precisaban demasiadas instalaciones, radiología solo ocupaba algunas salas con equipos simples y lo más avanzado no pasaba de una sala telecomandada de radiología convencional. Laboratorio, de igual manera, contaba con técnicas en su mayoría manuales y simples, sin equipamiento sofisticado. Tenía sentido entonces poder instrumentar la atención ambulatoria y la internación en un mismo edificio.
Con el paso de los años la tecnología fue incorporando equipos cada vez más sofisticados, de mayor volumen, tanto en imágenes con tomógrafos, resonadores, PET y equipos de hemodinamia, como en laboratorio con un desarrollo constante en equipos cada vez más automatizados, de mayor tamaño con mayor necesidad de espacio. Es así como nos fuimos convirtiendo en un hospital de alta complejidad con todos los servicios. También el paso del tiempo mostró una ciudad pujante y con progresiva expansión geográfica. El tiempo y la evolución nos fueron convenciendo de la necesidad de lograr descentralizar la atención de manera de ofrecer a los pacientes un lugar de atención primaria más cercano a las distintas áreas de la ciudad. Nacieron así las áreas de Bolívar, Tejedor y Güemes. La pandemia terminó de convencernos de la imperiosa necesidad de poder generar áreas geográficamente separadas para la atención ambulatoria de pacientes en su mayoría sanos del área hospitalaria con pacientes internados o que asisten a la institución por una urgencia.
—¿Por qué la Nueva Sede en Güemes?
De las áreas existentes, la zona Güemes terminó siendo la más requerida por los pacientes. Esta era la única sede no propia, que además no contaba con posibilidad de expansión. Surge de esta limitación la necesidad de lograr un nuevo lugar con más espacio de trabajo. Se procede así a elegir el espacio entre los disponibles en la zona. Encontramos este lugar muy próximo a la sede existente y se procedió a su adquisición. La idea era construir una sede moderna, de dimensiones mayores a la anterior, con una amplia oferta de servicios. Que pudiera transformarse en nuestra sede ambulatoria de mayor potencial.
—¿Cómo fueron los tiempos de construcción?
En el año 2019, se concretó la compra del terreno, y se llamó a concurso de propuestas arquitectónicas a tal fin. Se presentaron 4 estudios de arquitectura con pro- puestas muy interesantes. Una vez concretada la elección se procedió a concursar la construcción de la obra. En mayo de 2020 ya estábamos en condiciones de iniciar el pozo donde sentar los cimientos de la construcción. Llevó en total 3 años de intensa labor, no solo de la constructora, del estudio de arquitectura, del equipo de interiorismo, sino que también se sumaron las opiniones de nuestro arquitecto, ingeniero, personal de informática, médicos, secretaría, Marketing y Recursos Humanos. Todo bajo la supervisión permanente de los directivos de la institución.
—Es un gran aporte para la ciudad…
Esta Nueva Sede cuenta con 38 consultorios, especialmente preparados para cada especialidad, de manera de ofrecer a los pacientes la posibilidad de tener una atención integral ambulatoria en un solo lugar. Todo enmarcado en un espacio amplio, que aprovechará al máximo la luz natural, agradable, con agua recuperada para riego, paneles fotovoltaicos para iluminación de los espacios comunes, ventanas térmicas, climatizadores de bajo consumo y en general un espacio que brindará comodidad, tranquilidad y que será amigable con el medioambiente.
—¿Cuál es el impacto en el HPC y su vínculo con la ciudad?
Esta obra culminada a poco de cumplir los 50 años de nuestra Institución, opera en nuestro ánimo como un nuevo compromiso con nuestra ciudad y su gente. Con este nuevo espacio de atención se busca lograr que la asistencia médica ambulatoria se efectúe en un ambiente separado del ámbito hospitalario, más amigable y menos estresante para los pacientes.
Al contar con todas las especialidades médicas se constituirá en un centro de atención médica completo preparado para brindar atención integral a los pacientes. Por otro lado, se mantiene el vínculo hospitalario para aquellos casos en que la atención necesaria vaya más allá de las posibilidades ambulatorias.
—¿Qué se siente al ver la obra terminada?
Esta obra representa una renovación del legado de los fundadores, a quienes nunca terminaremos de agradecer su singular creación. Entre ellos se destacaron los Dres. Ernesto Brick, Julio Genoud, Horacio González Esquivel, Mario Statti, Omar Areta, Marco Ricaurte y Gabriel Yohai.
Personalmente, es la culminación de un esfuerzo de 18 años abocado primero a lograr la sustentabilidad del proyecto HPC y a partir de ella a la superación constante, tanto desde el punto de vista de la calidad de los profesionales como de las innovaciones tecnológicas que nos permiten ofrecer la mejor atención posible a los habitantes y visitantes de nuestra ciudad y la zona.
Por otro lado, se siente esa calidez tan especial que brinda saber que un proyecto colectivo se haya concretado. Es inmensa la gratitud hacia todos aquellos que de una manera u otra han puesto su granito de arena en la obra. Una obra que resulta de la suma de tantas voluntades, que sin excusas y sin pausa aunaron esfuerzos, dedicaron su tiempo, zanjaron diferencias y llegaron a un resultado positivo para nuestra ciudad y su gente.
Por último, nuestro agradecimiento a esta ciudad que ha mantenido su confianza y apoyo a nuestra institución a través de dos generaciones. Ella es nuestra primera y última razón de ser.
Dr. Fernando Santomil
Fernando Santomil, vicepresidente del Consejo de Administración de Fundación Médica de Mar del Plata, ponderó cómo un proyecto que fue ideado durante la pandemia, “un momento lleno de oscuridad, incertidumbre y angustia”, dio lugar a un edificio lleno de luz. Y destacó que este espacio luminoso, confortable, amigable con el medioambiente, fue pensado por las autoridades de la institución para satisfacer las necesidades de los pacientes.
—¿Qué sintió al ver la obra terminada?
Tuve sensaciones muy gratificantes porque tuve la fortuna de ver el nacimiento del proyecto desde una idea. Este proyecto nació en el medio de la pandemia, un momento lleno de oscuridad, donde no se veía tan claro. Empezamos a pensar en una sede propia en Güemes. De alguna manera, teníamos la convicción de no alejarnos de la zona de Güemes porque teníamos un vínculo con la sociedad. Nos ocupaba todo el tiempo la pandemia y, sin embargo, nos permitíamos disfrutar atesorando un futuro que tenía que ser posible a pesar de tanta incertidumbre.
—¿Cómo fue pensada la Nueva Sede?
Está pensada para todos los grupos etarios y para todas las etapas que una persona puede vivir y relacionarse con la salud: medicina preventiva, diagnósticos y tratamientos. Está muy clara la posibilidad del manejo integral.
—¿Cómo se trabajó a partir de la idea inicial?
Se convocó a expertos de distintos estudios de arquitectura. Nos dieron herramientas y anteproyectos para que nosotros pudiésemos definir lo que interpretábamos que tenía que ser la Nueva Sede. Así que la idea se empezó a complementar con las sugerencias de distintos estudios de arquitectura. Ahí empezamos a vislumbrar qué queríamos mostrar.
—¿Y qué era eso que querían mostrar?
Lo que siempre nos moviliza es ser un centro de salud integral, como dice el artículo 1° de nuestro estatuto: con máxima pauta técnica, de investigación y tecnológica. El edificio tiene que hacer posible que eso se desarrolle, entonces toda la mirada de los arquitectos nos llevó a esto que estábamos hablando. Así empezamos a definir si queríamos un edificio amigable con el medioambiente, cómo queríamos recibir a la gente, qué mirada teníamos respecto al lugar para los niños, qué lugar tenían que ocupar los diagnósticos por imágenes, qué lugar tenían que ocupar las veredas para personas no videntes, qué buscábamos respecto a una sala de espera. Junto con los arquitectos finalmente se concretó un proyecto que fue lo que el grupo venía pensando.
—¿Qué características tiene el edificio?
Es un edificio con compromiso ambiental, iluminado, que integra distintos enfoques en salud. Es un edificio amigable con el medioambiente por varias cuestiones técnicas, pero principalmente por los paneles solares para obtener energía y el reciclado de agua de lluvia. Estamos orgullosos de tener un lugar que representa bien la cultura y el vínculo que pretendemos con nuestros pacientes. Nosotros somos la segunda generación del hospital. Yo llegué en 1996, 25 años después de la fundación del HPC. Y resulta que alrededor de 25 años después me encuentro con el momento histórico de la inauguración de esta sede. La generación anterior hizo posible empezar a visualizar estas cuestiones. Nosotros podemos verlas terminadas.
—¿Cómo fue el intercambio de las autoridades con los arquitectos para que la idea se cristalizara de esa manera?
Nosotros siempre decimos: ¿quién puede conocer mejor que los administradores, los médicos, la gente de marketing, de recursos humanos, al paciente que se atiende en esta institución? Nadie. Con ese consenso, más las profesiones o vocaciones anónimas que uno no sabía que tenían algunos, se concretó el proyecto de la mejor manera. El administrador terminó siendo una especie de maestro mayor de obra, un cirujano coloproctólogo terminó hablando día a día con el arquitecto sobre las diversas cuestiones de la construcción, el doctor Miguel Statti interpretó la cultura del paciente para definir dónde iba cada cosa. Porque, por ejemplo, probablemente si viene el director de otro hospital no podría reproducir exactamente la necesidad de nuestros pacientes. Por su parte, el Dpto. de Marketing generó un ambiente agradable, trabajando a su vez con interioristas para que nos aseguraran el espacio que queríamos, y el Depto. de de Recursos Humanos puso a los colaboradores más calificados.
—¿Cómo fueron las repercusiones entre los médicos y los pacientes?
No escuché todavía a nadie que dijera “mirá esta parte cómo quedó, podría haber sido distinta”. Evidente- mente, se cristalizó tal cual la idea de muchos. En mi caso, todos los pacientes me han felicitado. Esa felicitación individual sin duda es colectiva. He sentido mucha profundidad en ese agradecimiento, es una alegría compartida. Creo que a los pacientes les ha hecho bien vernos crecer porque en el fondo les hace bien a ellos tener ese momento de tranquilidad al sentarse, al esperar una noticia, a un médico, en un ámbito más confortable.
—Es una gran obra en un momento económico muy difícil para el país…
La institución tiene una sustentabilidad respecto a lo financiero y a lo económico. Las cosas bien hechas te dan cierto argumento para permitirte soñar. Si nosotros no tuviésemos sustentabilidad, dependeríamos de lo que le pasa a la macroeconomía y diríamos: “Acá no podemos crecer ni hacer nada”. Sin embargo, algunas de las virtudes internas hicieron posible esta inversión a contramano de lo que está pasando.
—¿Qué implica esta Nueva Sede para el paciente?
Le ofrece la posibilidad de estar en un lugar agradable, tener una recreación visual mientras espera una noticia o a un médico, ser atendido adecuadamente… Con motivo de los 50 años del HPC se realizó un análisis sociológico en donde se concluyó que el HPC nació y creció como Hospital Privado de Comunidad pero es de la comunidad, porque la comunidad marplatense lo hace propio, y eso es lo que nosotros entendemos. Esto le hace bien al sistema de salud de Mar del Plata.