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Con más de 50 años en el mercado, la cadena marplatense sigue creciendo. Todo empezó en un pueblo de España, Igea. A través de la historia, la empresa tuvo momentos de apogeo y también de dificultades. Hoy continúa siendo un símbolo de Mar del Plata y la región.

La historia de Supermercados Toledo se remonta a los años cincuenta del siglo pasado, cuando Juan Antonio Toledo llegó de España con parte de su familia. Tras dedicarse al comercio de la carne, frutas y verduras durante 15 años, junto a su hermano, Manuel Jesús, abrió el primer eslabón de la cadena, ubicado en avenida Colón 1554.

Hoy, después de las idas y vueltas de la historia, con momentos de apogeo y también de dificultades, la empresa cuenta con más de 39 sucursales, entre ellas minimercados, supermercados e hipermercados, con desarrollo en la Costa Atlántica, industrias propias y exportación a distintos continentes.

Con un claro objetivo de superación constante, tiene 7 minimercados para público minorista de compra inmediata, 23 supermercados para público minorista de compras familiares, 7 hipermercados, 2 mayoristas, abastecimiento de comercios y una plataforma de comercio electrónico: Toledo Digital.

De las 39 sucursales, 31 están en Mar del Plata y las demás en Miramar, Necochea, Santa Clara, Balcarce, 3 Arroyos y Pinamar.

Además, con su línea de productos alimenticios se propone abarcar el mercado de consumo masivo y abastecer con productos de calidad a las familias marplatenses y de zonas aledañas. La línea de marca propia presenta enlatados como champiñones, atún, ananá, durazno, arvejas, choclo y jardinera. También papas fritas en tubo y sopas instantáneas. La empresa cuenta con un amplio surtido en productos de industria propia, entre los que se destacan panificados, cerdo, pollo, fiambres y chacinados.


La historia de Toledo

Los inicios.

Juan Antonio Toledo nació en Igea, Es- paña, el 26 de agosto de 1935, y vivió allí hasta los 14 años.

En la década del 20, el abuelo Antonio vino a la Argentina con dos de sus hermanos y una hermana. Estuvo unos años trabajando en campos de las provincias de San Luis y Tucumán. Le fue bien y se volvió a España con las pesetas suficientes para comprar tres fincas de regadío. Y sus hermanos, Clemente y Galo, pidieron que Juan Antonio y su familia se embarcasen a la Argentina.

“Cuando nos vinimos para América, despedirnos de mi tía Victoria y de mi tío Julián fue durísimo. Pero para mí fue mucho más duro despedirme de mi abuelo y de mi abuela. Costó que me arrancaran de los brazos de mi abuelo. Fue tremendo lo que lloré. Fue desgarrador”.

En Mar del Plata

La familia de Juan Antonio se instaló en Mar del Plata, en la casa de sus tíos Galo y Clemente, que tenían alrededor de cuatro o cinco manzanas y una casa muy grande. Su primer trabajo fue de lavacopas en un restaurante ubicado en Alberti y las Heras, donde en esa época era la terminal de trenes. Ganaba 120 pesos por mes, cuatro por día, pero le daban comida.

El trabajo se extendía de 12 a 14 horas por día. Empezaba a las 7 de la mañana y había jornadas en que era la medianoche y seguía atendiendo, sobre todo porque el restaurante recibía a mucha gente que salía del casino. Los jueves a la tarde le daban franco, pero el resto de los días se quedaba a dormir en el local. Tenía 15 años.

Luego su familia alquiló una quinta y él cambió de trabajo. A una bicicleta que le había comprado a un amigo por 99 pesos le puso unos canastos adelante y empezó a vender lo que sacaba de la quinta: hinojo, acelga, lechuga. El primer día salió con dos lienzos de verdura para ofrecerlos. Donde veía una verdulería se bajaba y ofrecía. Así una y mil veces. A su casa volvía con entre ocho y doce pesos por viaje. Era mucho.

El desarrollo de la quinta creció y pasó a manos de la familia, que luego extendió sus tierras a otras zonas y sembró zanahorias, papa y zapallo. A Juan Antonio le iba tan bien y estaba tan a gusto en Mar del Plata que nunca pensó en volver a España. No le tenía miedo al esfuerzo y al sacrificio. Sabía que era la manera de progresar, y eso es lo que estaba sucediendo: de la bicicleta pasó a un carro; luego, a un camioncito.

La carnicería

“Luego de varios años de vivir en la quinta, decidimos construir una casa en la esquina de calle 41 y Catamarca. Pensamos en una casa con salón porque yo quería poner la carnicería. Cuando fui a aprender a cortar carne para mí era una obsesión. Me encantaba el trabajo de los carniceros. Todos los días a la mañana llevaba la verdura, veía a los carniceros cortando carne y en el mostrador con la gente y pensé que sería un gran negocio para mí.”

“Cuando terminamos la casa se había pagado todo. Era el momento de armar el negocio: compramos una heladera grande de 4 puertas, para el almacén. Luego la sierra, una picadora de carne, una maquinita para hacer los chorizos. Y hasta un camioncito Internacional modelo 1937”.

“Yo tendría 20 años cuando abrimos la carnicería. Tenía un entusiasmo bárbaro porque había sido un poco idea mía. Porque primero había vendido verdura en bicicleta, después en un carro y luego en un camioncito. Fui aprendiendo a entrar en las verdulerías y carnicerías y ver el movimiento que había. En aquel tiempo bajaban de 7 a 10 medias reses prácticamente todos los días. Hoy, cuanto mucho, bajan 2 media res.” – cuenta Antonio.

El primer local de la cadena

“Años más tarde se me ocurrió que con toda la carne que ya trabajábamos teníamos que comprar la hacienda y faenar nosotros. Para ese entonces atendíamos a hoteles y restaurantes y entre las 3 carnicerías que teníamos trabajábamos de cuarenta a cincuenta medias reses. Para comenzar con la idea de faenar, pedí que me presentaran a la gente de las ferias, a los martilleros de las casas de remate de hacienda. Así conocí a gente de la Agrícola Ganadera, una casa importantísima que estaba en toda la provincia de Buenos Aires. Tenía remates en todas las grandes ciudades.”

“Poco tiempo después, empecé a vender carne a las carnicerías. Después me dediqué a ir a las ferias a comprar carne, la faenaba y la vendía por las carnicerías. Íbamos a las ferias de Balcarce, San Manuel, Necochea, Otamendi y otras. Algunas veces me acompañaba Pocha (mi esposa) y manejaba ella. Más de una vez, cuando hacía mucho calor en Enero y Febrero, parábamos en la ruta donde pasaba algún arroyo, me mojaba la cabeza para refrescarme y seguíamos”.

“Antes de abrir el local de Colón y Sarmiento ya éramos abastecedores de carne.”

“Yo le vendía carne a un restaurante que quedaba en esa esquina. Había un montón de locales, entre ellos uno finito por Colón que era el autoservicio y tenía cámaras frigoríficas. Resultó ser propiedad de Demetrio Elíades, un griego que tenía el edificio Cosmos, al que todos llamaban Pepsi porque arriba del todo había un cartel de Pepsi Cola. Me reuní con su contador, Alejandro Mugetti, era un hombre sensacional. Con él arreglamos el precio y la forma de pago en aproximadamente 24 meses. Había estabilidad. Lo hablamos en familia y nos decidimos “Vamos a meternos!”.

“Cuando fuimos a firmar estaba don Demetrio Elíades y nos dijo: El día que usted no vaya a poder pagar la cuota cuando vence, una semana antes viene y avisa acá. Habla con el contador y le dice que lo va a pagar tal día y se lo voy a pasar a el día que usted diga. Pero viene una semana antes a avisar”. Así lo hice. Al final fuí un par de veces a decirle que no podía pagarle y nunca tuve ningún problema. Le cumplimos muy bien”.

“Cuando llegaba el verano nos cansábamos de trabajar, de vender carne y vender de todo. Teníamos que cerrar las puertas para que no entrara la gente hasta que no salía la que estaba adentro porque ya no podían entrar más. En el local de Colón y Sarmiento había carnicería, verdulería, frutería y almacén. La despensa era un autoservicio. Hasta ese momento el único autoservicio que había era La Estrella Argentina. Fuimos los segundos en Latinoamérica.


En primera persona

JUAN ANTONIO TOLEDO

Presidente Supermercados Toledo

¿Qué es el supermercado para usted?

—Hoy mirando hacia atrás y en el mes que cumplimos 57 años en Supermercados Toledo, puedo decir que el Supermercado es mi vida, y no concibo la misma sin él. Es mi motor y la motivación hace que, actualmente, con 88 años siga disfrutando y viniendo todos los días a la empresa.

¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando piensa en los inicios de Supermercados Toledo?

—Lógicamente que lo primero que se me viene a la mente es recordar a mis padres, el esfuerzo y sacrificio que realizaron para emigrar a nuevas tierras y establecerse, grandes pilares que hicieron el inicio de esta aventura en busca de un futuro mejor para sus hijos.

¿Cómo se fue dando el desarrollo y la diversificación del negocio a través de los años?

—Todo comenzó cuando con mi familia incursionamos en este negocio en el año 1966 con la compra de un pequeño autoservicio en Av. Colón y Sarmiento de la ciudad de Mar del Plata. Hasta entonces nos habíamos dedicado al negocio de la carne con tres carnicerías distribuidas en distintos puntos de la ciudad. El auge del supermercadismo trajo aparejado un cambio en los hábitos de compra y consumo de la gente y Supermercados Toledo lo acompañó apostan- do a la innovación tecnológica, a la excelencia comercial y al mejoramiento constante de nuestros productos y servicios.

Siempre hemos invertido en el negocio y en el país, en base a una política de expansión que tuvo su origen en la ciudad de Mar del Plata y hoy también estamos presentes en las ciudades de Necochea, Miramar, Pinamar, Balcarce, Santa Clara y Tres Arroyos.

Nuestro crecimiento no se dio solamente en el área de distribución sino también en la producción, ya que hemos evolucionado en diferentes áreas Industriales contando hoy con una Planta de Panificados, una Planta de Fiambres y Embutidos, un Criadero y Frigorífico de Cerdos; y finalmente una Planta de Producción y Procesamiento de Aves; lo que nos permite abastecer la totalidad de nuestros eslabones garantizando el máximo nivel de calidad debido a la utilización de tecnología de punta en todas las etapas de producción. Incluso con el tiempo el sector fue creciendo y hoy abastece a un gran número de clientes tanto nacionales como internacionales.

¿Cuál fue el rol de su familia en este desarrollo?

—Mi familia ha sido parte de todo este proceso, y sin ellos nada de esto hubiera sido posible.

¿Cómo describiría la actualidad de la empresa?

—Hoy veo que nuestro país se encuentra atravesando un difícil contexto. No obstante, nosotros continuamos trabajando para brindar un mejor servicio y satisfacer la demanda de nuestros clientes; apostando a la calidad e invirtiendo en tecnología de punta.

¿Qué condiciones deberían darse en el país para que la empresa siga creciendo?

—Considero que es necesario un crecimiento económico a partir del control de la inflación, los incentivos a la producción, disminución de la presión fiscal y recupero de la capacidad de consumo de la población.

BERNABÉ TOLEDO

Gerente General Supermercados Toledo

¿Qué es para usted ser parte de Supermercados Toledo?

—Para mí es muy importante, porque representa continuar con el legado de mi Padre y mis Abuelos. Crecí en esta empresa, y hoy me toca dirigirla en un contexto del país muy desfavorable por lo cual es un gran desafío que conlleva una enorme responsabilidad.

¿Qué significa Mar del Plata para la familia Toledo?

—Mar del Plata es la ciudad donde mis abuelos y mi padre decidieron asentarse luego de emigrar de Igea (España) y, por lo tanto, la tierra donde depositaron todos sus sueños, trabajo y sacrificio.

¿Cómo definiría a su padre?

—Un visionario, un emprendedor y un empresario nato. Un hombre con una gran capacidad de trabajo, con ideales claros y firmes.

¿Cómo fue cambiando y evolucionando el negocio a través de los años?

—El negocio ha ido evolucionando a medida que el mercado y nuestros clientes así lo han exigido. Desde crecer como compañía no solo en la actividad de supermercadismo, sino diversificándonos a la producción Industrial (avícola, porcina, chacinados y panificados). También incursionamos en modelos de negocio de venta mayorista, en la exportación de productos propios y venta digital.

Por otro lado, siempre hemos invertido en capacitación y en nuevas tecnologías para mejorar el servicio brindado, obtener productos de calidad y procesos más eficientes y eficaces.

Creo que la clave ha sido identificar las oportunidades de negocio e invertir en una mejora contínua.

¿Cómo describiría la actualidad de la empresa?

—Estamos en un contexto económico y político muy difícil, la empresa continúa en pleno funcionamiento priorizando la inversión en el país, preservando las fuentes de trabajo y apostando al crecimiento y desarrollo de las marcas propias.

¿Qué condiciones deberían darse en el país para que la empresa siga creciendo?

—Actualmente estamos atravesando una etapa compleja de la economía argentina; y es por esto que necesitamos tener previsibilidad estableciendo políticas claras y adoptando medidas que nos permitan seguir invirtiendo, desarrollándonos y estableciendo alianzas estratégicas con nuestros proveedores de manera tal de ofrecerle a nuestros clientes una gran diversidad de pro- ductos al mejor precio.

MARIANO CARRIÓ

Responsable de Marketing Supermercados Toledo

¿Cómo influyeron los cambios tecnológicos en el negocio?

—Las nuevas tecnologías permitieron el acercamiento a nuevos clientes desde el canal de e-commerce con Toledodigital.com.ar con nuestra logística propia y estamos operando también con la plataforma de PedidosYa .

Además de brindar una herramienta más para facilitar la compras de nuestros actuales clientes, que buscan optimizar su tiempo, opciones de descuento, la inclusión de billeteras virtuales y todas las promociones bancarias como medios de pago, con sus correspondientes ahorros.

En referencia a la comunicación, estos cambios nos permitieron alcanzar a nuevos consumidores de diferentes segmentos etarios, con presencia en nuevas plataformas y redes sociales en las que nuestros clientes se encuentran presentes.

La mejora del servicio a través de la lectura de la conducta de los consumidores se encuentra en permanente revisión. Podemos así, com prender y adaptarnos mejor a las nuevas tendencias sin perder de vista nuestro público tradicional, haciendo hincapié en la mejora de servicios y en el valor agregado de nuestras propuestas.

¿Cuáles son los objetivos de la empresa a corto, mediano y largo plazo?

—Sin dudas que el principal objetivo es revalidar a Supermercados Toledo como la marca local líder del supermercadismo en la ciudad. Toledo es, desde hace 57 años el supermercado referente a la hora de planificar la economía del hogar, por cercanía, surtido y servicio. Nuestros clientes ya conocen el ritmo de nuestras ofertas, días de promoción, beneficios exclusivos, y en base a ello se ha establecido un vínculo muy fuerte, hasta afectivo en ciertas instancias.

A mediano y largo plazo los objetivos son seguir construyendo propuestas comerciales atractivas y beneficiosas para nuestros clientes; que generen valor para la comunidad, que sean amigables con el medio ambiente y que finalmente puedan retribuir a la ciudad lo que la misma le brinda todos los días, depositando su confianza en nuestra marca, productos propios e industrias.

¿Qué condiciones deberían darse en el país para que la empresa siga creciendo?

—En toda empresa como la nuestra que lleva décadas surfeando las vicisitudes económicas de nuestro país, estamos acostumbrados a remar en mares adversos. Sin dudas que una reducción de la inflación, acompañada por aumento del poder adquisitivo, disminución del desempleo y aumento de empleo de valor agr gado serían claves para el crecimiento y desarrollo.

No quisiera dejar de mencionar que serían muy importantes las políticas de fomento y crédito productivos, para permitir que cada vez más empresas proveedoras mejoren su performance y que podamos disponer de sus productos en nuestras góndolas. Y el descomprimir y agilizar las importaciones de tecnología, insumos pro- ductivos y bienes de capital para continuar el proceso de mejora de competitividad.

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Un comentario

  • Justo Fernandez Hernandez dice:

    Muy bien por la familia Toledo,grandes emprendedores y muy trabajadores les deseo lo mejor de este mundo qué bien se lo merecen en especial ese zagal de Juan Antonio y su querída Pocha.

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