Una fiesta de arte de los jóvenes y adolescentes
Como cada año, estudiantes del último año de la secundaria del Colegio IDRA organizaron Marejada, un festival artístico donde los y las jóvenes son protagonistas.
Con música en vivo, obras de teatro, danza, instalaciones y muestras, chicos y chicas tuvieron una jornada especial atravesada por experiencias compartidas con compañeros de distintas escuelas. El encuentro contó con la participación de chicos y chicas de los diferentes años y talleres, y también de artistas de diferentes instituciones marplatenses, quienes pudieron salir a escena transmitiendo su pasión, disfrute y dedicación.
En esta edición se sumaron además talleres de distintos lenguajes artísticos. Desde las escuelas e institutos superiores de arte de la ciudad se acercaron docentes con propuestas de cerámica, diseño de indumentaria y de interiores, artes visuales, percusión por señas, termofusión y más. Una manera de conocer la vasta propuesta formativa de Mar del Plata en relación a las artes desde experiencias inmersivas. El Instituto Palladio, el IPA, la Escuela Malharro, entre otras, dijeron presente de ese modo. Asimismo, se hicieron presentes ex alumnos de la institución, quienes siguen entramando el arte en sus vidas y trabajos.
El proyecto es la culminación del trabajo del año y del trayecto formativo de todo el nivel secundario. Y sobre todo, es la ocasión de sorprenderse y disfrutar con la profundidad, color y poética de las creaciones de los más jóvenes que, como suele suceder, iluminan con agudeza caminos posibles para todas las generaciones.
Los y las estudiantes de sexto año fueron los encargados de la organización general y de crear una narrativa que entrelace todos los eventos del día.
El Club de armonógrafos estuvo presente con una peculiar máquina de dibujar, abriendo la posibilidad a los participantes de hacer sus producciones propias usando esta tecnología.
Las aulas de IDRA se transformaron en pequeñas instalaciones con temáticas actuales. En la foto, la propuesta de cromoactivismo, de estudiantes de cuarto año, que renombró los colores con humor y problematizando estereotipos.
El entusiasmo mundialista también estuvo presente, desde la música y en una sorpresa final a todo ritmo.
Jugando con la metáfora de los viajes intergalácticos, distintos lugares de la muestra permitían a los participantes pasar por experiencias sensoriales y jugar.